Latinos migrantes en acción
Red Interna / Humberto Famanía Ortega
Mucho se ha hablado del papel tan importante que juega en la economía de nuestro país la entrada de divisas provenientes de los trabajadores migrantes mexicanos en Estados Unidos. El año pasado, fueron 63,313 millones de dólares en remesas, convirtiéndose en la segunda fuente de entrada de divisas después del petróleo.
Hago las siguientes reflexiones:
- ¿De qué manera los tres niveles de gobierno retribuyen a nuestros paisanos esos ingresos que van a parar a sus familias para su sustento cotidiano? Existe presencia de ellos en el vecino país del norte, provenientes de 2,350 municipios de los 2,443 registrados en nuestra república mexicana, lógicamente de todos los estados.
- Según los registros de población de esa gran nación de Norteamérica, se estima que viven más de 65 millones de hispanos, de los cuales casi cuarenta millones son de ascendencia mexicana. De estos, más de 5.1 millones son indocumentados, y ahora son perseguidos peor que criminales, sabiendo de antemano que el mercado hispano en EE. UU. tiene un movimiento anual superior a los 850,000 millones de dólares, fortaleciendo de manera activa su economía. Creo que ya es justo una reforma migratoria en la que prime la DIGNIDAD de nuestros paisanos.
- Debemos levantar la voz todos los mexicanos, porque la mayoría de los que residen en ese país son productivos. Sin embargo, es necesario que tanto el sector gubernamental como el empresarial estén preparados para recibir a los millones de migrantes que regresarán a su país de origen, expulsados, y por lo tanto deberán abrirse nuevas fuentes de trabajo para garantizar la armonía y el bienestar de todos ellos. Han contribuido al sustento de sus familias, muchas veces a costa de penurias y sacrificios. Es importante tener un plan con estrategias reales para equilibrar su economía familiar.
Sin duda alguna, el tema migratorio es una preocupación constante para la comunidad latina. Ya es hora de que todos nos pongamos las pilas para buscar soluciones congruentes que aseguren un trato digno para nuestra comunidad. El latino va a EE. UU. a trabajar, no a causar problemas ni a pedirle nada a nadie. Contribuyen en todos los campos: en las fuerzas armadas, en el deporte, en la cultura, en la política, en la economía, y en múltiples actividades que han enriquecido a los Estados Unidos en todos los aspectos.
Esperanza en la recuperación
Hoy en día, la situación económica mundial es difícil, pero principalmente en EE. UU. Aun así, ya se observan signos de recuperación. Miles de paisanos en ese país están sin trabajo, pero siguen esperando la recuperación, aunque trabajen menos horas. Personas de Oaxaca y Puebla les están enviando dinero para su subsistencia, porque saben que, si regresan a México, no tendrán trabajo. Prefieren esperar a que la situación se estabilice. En estos paisanos está la confianza de que, cuando tengan recursos, enviarán una parte a sus lugares de origen, porque saben que, en cuanto consigan empleo, una parte de lo ganado irá a México.
En una opinión del autor León de Gubsa, se comenta que, cuando hablamos de los migrantes, podría pensarse que es un fenómeno reciente. Sin embargo, la Biblia nos habla de que Abraham recorrió un largo camino y estuvo en la tierra de los cananeos y luego en la de los egipcios. Los patriarcas eran personajes nómadas porque eran pastores. En consecuencia, debían recorrer largos caminos en busca de buenos pastos para su ganado. Moisés guió a su pueblo a la tierra que Dios había prometido y, cuando Josué atravesó el Jordán para conquistar Canaán, eran un pueblo de migrantes que necesitaba tierra para vivir, alimento para comer y, en resumen, satisfacer sus necesidades humanas.
Garantizar nuevas oportunidades
Son muchas las vejaciones que sufren quienes se encuentran fuera de su patria: insultos, racismo, violaciones, muerte y abuso en sus lugares de trabajo. Todos sabemos, gracias a las comunicaciones orales y escritas, de la forma inhumana en que son transportados, además de ser extorsionados por los “polleros”. Ahora, con la construcción de enormes muros para impedir que pasen los mexicanos, seguramente no se logrará el objetivo, pues nuestro pueblo es valiente y va decidido a todo. Es momento de que nuestro gobierno garantice empleos y nuevas oportunidades.
Por lo tanto, honor a quien honor merece. Los invito a organizarnos para brindar apoyo a quienes, sin lugar a dudas, son un sostén fiel de nuestra economía nacional. Los migrantes llevan consigo, en su corazón y en su pensamiento, a su patria amada.
Aunque estén lejos, llevan consigo una parte esencial de México.