La vestimenta de Galilea Montijo en la casa de los famosos

Percepciones / Por: Roberto Franco Briones / Consultoría en Imagen Pública ICONOS

La imagen de Montijo se consolida con una propuesta estética definida

Galilea Montijo en La Casa de los Famosos México, representa un ejemplo de evolución notable entre las ediciones 2024 y 2025. Pasó de una propuesta estéticamente dispersa a una imagen consolidada, con propósito, mensaje y sofisticación integral.

En el mundo de la imagen pública, la imagen personal no solo se construye con prendas y maquillaje, también con coherencia, narrativa y proyección emocional.

Más allá de que nos caiga bien o mal, Galilea enfrentó fuertes críticas que evidenciaron una falta de dirección clara en su imagen personal durante 2024. Si bien se presentaba en La Casa de los Famosos con atuendos de alto valor económico y origen internacional, varios factores contribuyeron a una percepción errática:

  • Siluetas inadecuadas para su tipo de cuerpo: algunas prendas destacaban zonas sin proporción armónica, generando desequilibrio visual.
  • Elementos aislados sin sinergia: maquillaje agresivo (especialmente en cejas y contornos) desentonaba con la vestimenta, y los accesorios no sumaban a la narrativa.
  • Ausencia de storytelling visual: cada gala parecía concebida de forma aislada, sin un hilo conductor o mensaje detrás del vestuario.
  • Reacción del público como termómetro: términos como “vulgar”, “recargada” o “sin estilo” dominaron los comentarios en redes, reflejando una desconexión entre imagen y percepción pública.

Como consultor, detecto en este periodo una falta de alineación entre los elementos de la imagen externa (ropa, peinado, maquillaje) y los pilares de identidad personal y profesional de Galilea. Es decir: había inversión y exposición, pero sin intención definida.

La edición 2025 marca un punto de inflexión. La imagen de Montijo se consolida con una propuesta estética definida, respaldada por decisiones conscientes que demuestran trabajo consultivo y conceptual:

          1. Siluetas funcionales y estilizadas

Opta por líneas que favorecen su cuerpo (corsets, cortes sirena, escotes en V), luciendo su cuerpo en 8 y empoderándolo. Aquí hay un principio fundamental de la asesoría de imagen: la ropa debe servir a la persona, no la persona al vestuario.

          2. Coherencia estética total

Cada aparición ha sido resuelta con precisión entre atuendo, styling, maquillaje y accesorios. Esto genera una unidad visual que transmite profesionalismo y control escénico.

          3. Narrativa emocional en cada look

Más allá de la belleza o el lujo, cada outfit tiene un propósito simbólico. Desde homenajes a su historia personal, hasta piezas que representan resiliencia, deseo o liderazgo, se trabaja con lo que en imagen y comunicación llamamos “semiótica”: es decir la ropa lleva un mensaje.

          4. Fortalecimiento de su marca personal

Aunque este último fue más pensado para fotografía que para televisión. Debo decir que este año Galilea no se ve disfrazada: se ve representada. Su ropa comunica con claridad su posición como mujer madura, poderosa y referente de estilo. Ya no se trata de “impactar” desde la forma, sino de comunicar desde el fondo.

En conclusión, Galilea Montijo ha alcanzado una madurez estilística que no responde solo a la moda, sino a una decisión comunicacional consciente. Desde una perspectiva de imagen personal, este cambio representa el paso de una imagen funcional a una imagen estratégica, que no solo la embellece, sino que la posiciona y la empodera.

Ya no es la mujer que simplemente luce bien: es la mujer que cuenta una historia desde lo que viste. En un medio donde el ruido visual es constante, elegir con intención, estructura y sensibilidad no solo es elegante: es una ventaja competitiva.

Roberto Franco Briones

Consultoría en Imagen Pública ICONOS

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