“La Rotonda del Mar” – Últimas Instalaciones
Voceros Incansables / Félix Fernando Baños
El 18 de julio de 2003, el H. Ayuntamiento de Puerto Vallarta, presidido por el licenciado Ignacio Guzmán García, aprobó la cantidad de doscientos cincuenta mil ciento cinco pesos, IVA incluido, para restaurar “La Rotonda del Mar”, según el presupuesto presentado por su autor, Alejandro Colunga Marín.
La “Silla-Pulpo” se volvió a fundir, pues fue la única de las ocho esculturas monumentales que despedazó el Kenna. La “Silla de la Aleta” se llevó a Guadalajara para una restauración más minuciosa. Las otras seis, averiadas por el ciclón en distinto grado, se restauraron en Puerto Vallarta.
En diciembre de 2003, terminada la restauración, el arquitecto Carlos Manzano Zepeda volvió a instalar “La Rotonda del Mar” sobre un semicírculo igual al de 1996. Se anclaron las esculturas monumentales en el mismo orden que tenían antes del ciclón, pero sólo siete de las ocho, porque el maestro Alejandro Colunga no quiso regresar la “Silla de la Aleta” mientras la rotonda siguiera siendo en realidad un semicírculo.
Por falta de tiempo no pudo anclar el arquitecto Manzano las ocho esculturas de pequeño formato (los “Niños”). La maestra María José Zorrilla Alcalá, Jefa del Departamento de Cultura en 2003, cuenta: “la instalación final…fue un treinta y uno de diciembre…El arquitecto, creo con la aprobación del Presidente e incluso con mi conocimiento, decidió que no se pusieran ese día, pues requerirían de un trabajo más minucioso de instalación y… con el cemento todavía fresco y la gran avalancha de personas que se esperaba ese día en el Malecón, los [“Niños”] podrían…ser fácilmente robados. En ese entonces, el Arq. Manzano tenía una bodega personal cerca del Malecón y se optó porque en lugar de instalarlas ese día se las llevara a su bodega.”
Como la reinstalación de “La Rotonda del Mar” debió hacerse en los últimos días de mandato del H. Ayuntamiento 2001-2003, y a ninguno de los dos Ayuntamientos siguientes les interesó el asunto, durante siete años los “Niños” se quedaron guardados en la bodega del arquitecto Carlos Manzano y la “Silla de la Aleta” continuó en Guadalajara, en el taller del maestro Alejandro Colunga.
“La Rotonda del Mar” se instaló en 2011 como está actualmente, cuando se fusionaron en una sola plancha de concreto el Paseo Díaz Ordaz y el Malecón. El sitio en que quedó es el mismo determinado en 1996, al eje de la calle Aldama, frente al desaparecido restaurant “Las Palomas”.
El arquitecto Carlos Manzano entregó entonces a “El Güero” Miguel Noyola Pantoja, fundidor del maestro Alejandro Colunga, los ocho “Niños” que tenía guardados en su bodega desde 2003. De acuerdo con las instrucciones del maestro Colunga, El Güero” los puso circulando “La Rotonda del Mar” por el exterior.
Entre el 4 y el 5 de febrero de 2012, “El Güero” Miguel Noyola instaló la “Silla de la Aleta”, recién traída de Guadalajara. Por fin, “La Rotonda del Mar” volvió a estar completa, con sus dieciséis esculturas. fbanoslopez80@gmail.com