“La Rotonda del Mar” – La Silla Pulpo

Voceros Incansables / Félix Fernando Baños

La Rotonda del Mar, Silla-Pulpo, Alejandro Colunga , foto AF

El ciclón Kenna destruyó el 25 de octubre de 2002 esta escultura, fundida en 1996. Sucedió que estaba instalada en el punto preciso en que el oleaje fracturó la losa sobre la que se ancló “La Rotonda del Mar”. En consecuencia, la “Silla-Pulpo” primero se desgarró, y luego se hizo pedazos, la mayor parte de los cuales fué arrastrada al mar.

Puesto que cada una de las esculturas monumentales que componen “La Rotonda del Mar” son piezas únicas, cuyos moldes ya no existen, el maestro Alejandro Colunga Marín modeló de nuevo la “Silla-Pulpo”, que fue fundida en 2003 y anclada en su lugar en diciembre del mismo año.

Como si fuera una persona, este trono está sentado sobre una base de mampostería mientras que sus pies descansan en el piso.

El respaldo, que es al mismo tiempo el torso de la Silla Pulpo, es muy alto; de frente y por detrás sus contornos son paralelos; visto por los lados, da la impresión de estar bailando por encima del asiento, formado por sus piernas, cubiertas con una túnica: en efecto, su forma lateral es sinuosa, con dos cimas bien definidas y una tercera que comienza debajo de la cabeza e impulsa todo el respaldo ligeramente hacia atrás.

La cabeza es un pulpo, con ojos alargados y saltones por adelante y por atrás, sobresaliendo de entre seis tentáculos lisos, sin ventosas, que vienen a ser como los brazos de la Silla, extendidos en todas direcciones.

La parte de atrás del respaldo, que es la espalda de la Silla Pulpo, está desnuda, y en ella sobresalen, redondeadas, diecisiete crestas de su columna vertebral. El respaldo es completamente liso por el frente; pero está revestido de una túnica, cuya orla cae ondulantemente de sus rodillas en forma irregular, más alta a la derecha de la figura (donde se ve parte de la pierna y el zapato) que a la izquierda, donde llega hasta el borde del zapato. Los zapatos son de basquetbolista, y sus puntas se enroscan -convirtiéndose en tentáculos- hacia afuera, luego hacia el frente y después hacia atrás en forma de una “s” ascendente y que se voltea, de manera que muestran la suela transmutada en la piel ventral de un reptil.

La punta-tentáculo del zapato de la derecha es menos gruesa y alta (llega a la mitad del zapato) y tiene marcados los segmentos de la piel ventral en forma triangular y con cierta profundidad; la punta-tentáculo del zapato de la izquierda es más gruesa y alta (llega un poco más abajo del nudo de la agujeta) y las marcas ventrales son paralelas y ligeras.

Los dos zapatos tienen la lengüeta bien acomodada hasta arriba y sus agujetas atan, sin apretar, los seis ojillos de cada lado. Pero el zapato derecho tiene sueltos los cabos de la agujeta, que caen a ambos lados. Al contrario, el zapato izquierdo la tiene atada con un nudo de mariposa.

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