La Mariguana
Consejos de una abuelita moderna
El padre Pedro Repollet se dedica a hablar sobre el peligro de la mariguana, que sí es adictiva y conlleva al consumo de otras drogas
El día 18 de mayo del año pasado, publiqué un artículo titulado “Legalización de la mariguana”… Hace días me tocó escuchar a un ex-presidente que está de acuerdo con esa nueva ley (por cierto, él no quiso renunciar a su pensión vitalicia, en pro de los damnificados del terremoto del año pasado, con la triste excusa de que si se la quitan…”¿De qué va a vivir?”… Olvidando que es producto de los impuestos que el pueblo tiene que pagar con muchos sacrificios, ya que cada día aumentan los precios de la canasta básica y gran número del pópulo está muriendo de inanición y desesperación, dada la situación que prevalece en nuestro país…
A pesar de su gran inteligencia, está a favor de la mariguana. Dentro de mi ignorancia, al observar en calles las conductas de esos hermosos jóvenes, sanos, con gran futuro, que cuando la fuman… ¡pierden la cordura y el control de ellos mismos!… ¡No estoy de acuerdo!
Él dice que es curativa… ¡Cierto! Lo puedo constatar porque cuando era pequeña padecía terribles dolores reumáticos; ningún Galeno de ese tiempo me pudo curar; hasta que mi nana llevó una botella con alcohol y los soldados del ejército una semana después se la regresaron con mariguana. Durante semana y media, me frotó mis piernas con ese líquido, e increíblemente me curó y hasta la fecha no los he padecido… Sin embargo, también he oído que se puede dejar cuando se quiera… ¡Mentira! Esto lo puede constatar el Padre Pedro Repollet, de Puerto Rico, quien vive en E.U.
El Padre Pedro Repollet, expresó que es una gran mentira que Cannavis Sativa o Mariguana, se deja fácil… ¡Sí es adictiva y muy difícil de olvidar, a no ser que tengas a Dios de tu lado!
Comienza relatando su historia describiendo lo importante que es dar a los hijos seguridad y el vivir en un hogar libre de violencia familiar… Porque por desgracia, sabe lo que en carne propia significa tener un padre golpeador, hasta con su misma mamá, y el sentirse impotente de poder ayudarla, dado a su corta edad.
Gracias al amor y paciencia de su madre, aprendió sus primeras letras y pudo ingresar prematuramente a primaria, secundaria, y con excelentes calificaciones, pero cuando fue a la universidad, tuvo una gran sorpresa, ya que no pudo mantener esas notas, y como su hogar era un infierno, se refugió en la mariguana…
Primero le hizo olvidar hasta quien era, tenía una gran alegría, reía mucho, pero conforme pasaba el efecto, sentía angustia al volver a su realidad. Su mamá le pedía que se acercara a Dios; pero le respondía que si en realidad existía ¡jamás hubiera permitido tanta crueldad!
Y por más que ella tratara de explicar que Jesús nos amó tanto que murió por nosotros y nos respeta el libre albedrío; que procurara conocerle y hacerlo su amigo… ¡Jamás lo hizo!
Como era joven, inteligente y necesitaba más dinero para comprar la mariguana, dejó sus estudios, se metió a trabajar en bienes raíces y le fue de maravilla. Su mamá le insistía que mejor conociera Dios… Un día muy enojado le contestó, y su mamá le dijo que evitaría el volver hablarle de Dios, pero el día que… “tocara fondo”, no se olvidara que Dios era su única salvación.
Se cambió a una casa lujosa, tenía muchas mujeres, pero a pesar de tanta “aparente libertad”, cuando los efectos de la mariguana pasaban, quedaba en una gran depresión que le orilló a consumir alcohol, cocaína y después otros tipos de drogas, que provocaron la perdida de amigos, trabajo, mujeres, propiedades adquiridas y terminó… ¡En la calle!
Un día trató de quitarse la vida, pero pensando en su madre se dirigió a su antigua casa; al pasar por la Iglesia donde ella iba a rezar, trató de entrar y no pudo, pero al querer salir, una anciana que estaba atrás de él, lo empujó y se vio obligado a entrar en el momento que el Padre hablaba del “Hijo Pródigo”. Trató de salir, pero la anciana lo abrazó con gran ternura y dijo unas palabras que le recordaron a su mamá; el Padre al terminar se dirigió a él, pues lo conocía, también lo abrazó y lo convenció de regresar a casa. Lo hizo y desde ese momento cambió su vida para siempre.
Se hizo sacerdote a los 30 años, logró que su papá también cambiara y se hiciera amigo de Dios, y se ahora se dedica a hablar sobre el peligro de la mariguana, que sí es adictiva y conlleva al consumo de otras drogas (prepollet@yahoo.com)
Y tú, ¿qué piensas al respecto?…
Cariñosamente Ana I.