La lucha por la sucesión presidencial para 2024
Javier Orozco Alvarado / Investigador de El Colegio de Jalisco, A.C.
No cabe duda que Morena tiene los mejores candidatos para la sucesión presidencial del 2024; contrariamente al bloque opositor que, lejos de ponerse de acuerdo para seleccionar un candidato rentable, están a punto de romper su alianza, no sólo por las jugadas maestras del gobierno, sino porque cualquiera de su posibles candidatos sería identificado con el desastroso pasado que dejaron el PRI y el PAN durante el tiempo que les tocó gobernar.
Seguramente, quienes nos dedicamos al análisis político tenemos muy claro que al interior de Morena existen tres candidatos punteros con distintos perfiles, pero también con distintas circunstancias, posibilidades y condiciones políticas.
Cierto o no, muchos ven a Claudia Sheinbaum como la favorita en las encuestas y la preferida del presidente Andrés Manuel, lo que le da una importante ventaja frente a sus dos competidores internos. Aunque la comentocracia opina que Sheinbaum carece de carisma, es a quien la gente ve como la más confiable heredera del proyecto de la 4T.
Los mismos opinólogos ven a Macelo Ebrard como un precandidato fuerte, que busca la candidatura más discretamente; pero que sigue haciendo el trabajo externo que al presidente no le gusta mucho hacer. Es quien opera los temas del T-MEC con Estados Unidos y Canadá, las relaciones comerciales y diplomáticas con China, Rusia, la Unión Europea, América Latina y con los organismos internacionales que gobiernan el mundo.
Ricardo Monreal, fundador de Morena y líder en el senado, ha jugado un papel fundamental en los procesos legislativos en favor de la 4T; experimentado político, con gran trayectoria, es el que pinta en tercer lugar en las encuestas, pero es también un candidato igualmente capaz de sacar adelante el proyecto de renovación nacional.
El que no sea el favorito de AMLO o de Mario Delgado, líder de Morena; es porque tiene en su contra el antecedente de la disputa entre él y Claudia Sheinbaum por la candidatura de la CDMX en 2018, así como el amago de abandonar Morena por la falta de credibilidad en las encuestas que dieron ganadora a la actual jefa de la Ciudad.
En su afán por construir anticipadamente su candidatura a la presidencia, Monreal fundó el partido Fuerza México en octubre de 2020 e intentó en ese mismo año, tomar el control de Morena, impulsando la candidatura de Alejandro Rojas Díaz Durán y, después, la de Porfirio Muñoz Ledo; pero finalmente quedó como presidente Mario Delgado. A partir de ahí, en las elecciones de 2021 la consigna fue ni un espacio para la gente de Monreal.
Como en otros tiempos, los vientos son adversos para Ricardo Monreal; sobre todo porque la jugada maestra del presidente y sus colaboradores de doblegar al presidente del PRI, Alejandro Moreno, alias Alito, pone en riesgo la alianza de Va por México y junto con ello la posibilidad de una oposición fuerte que pudiera ofrecer a Ricardo Monreal la candidata para disputar, si así fuera el caso, la presidencia contra su antigua rival para 2024.