La inflación y sus antecedentes recientes
Hablemos en serio
Javier Orozco Alvarado
Investigador de El Colegio de Jalisco, A.C.
Recientemente se ha desatado una nueva polémica relacionada con el aumento del índice inflacionario y la incertidumbre sobre la capacidad del Banco de México para mantener la estabilidad macroeconómica; esto es, si las autoridades del Banco Central podrán contener las presiones inflacionarias, la estabilidad del tipo de cambio y el manejo adecuado de las tasas de interés.
Tal incertidumbre se desprende de las recientes decisiones del presidente López Obrador de proponer como gobernadora de Banxico a Victoria Rodríguez Ceja en sustitución del ex Secretario de Hacienda, Arturo Huerta Gonzáles, quien estaba contemplado para ocupar esa responsabilidad, pero inexplicablemente de buenas a primeras hubo un cambio en la propuesta inicial.
Los críticos del presidente, que veían con buenos ojos a Herrera, argumentan que Victoria Rodríguez es una persona que no tiene experiencia en política monetaria, ni una trayectoria tan destacada como la del ex secretario, puesto que ella se desempeñaba como Subsecretaria de Egresos en la mencionada dependencia, lo cual podría enviar señales poco confiables a los mercados y agudizar aún más la incertidumbre sobre su capacidad para instrumentar un adecuado manejo de la política monetaria.
En mi opinión, tal como lo reconocen algunos analistas, las decisiones de política monetaria las toma la Junta de Gobierno de Banxico, la cual está integrada por cinco miembros de los que el presidente representa sólo uno más de la lista de quienes toman las decisiones. Pero además, hay que tomar en cuenta que muchas de estas decisiones de política monetaria están en función de las circunstancias externas y de las medidas que se adopten en Estados Unidos, quien es nuestro principal socio comercial.
Esto significa que si nuestro vecino del norte aumenta sus tasas de interés, México se vería obligado también a incrementarlas para evitar una espiral inflacionaria, especialmente ahora que ambos países han experimentado una tasa de inflación de entre 6 y 7%.
Pero la realidad es que este fenómeno inflacionario se está dando por igual en diversos países por causas distintas, relacionadas más con la falta de oferta que por el exceso de demanda; lo cual si así fuera, tendría que atacarse aumentando las tasas de interés para reducir el dinero circulante y reducir las presiones inflacionarias, tal como lo recomienda la ortodoxia monetarista.
El hecho es que en Estados Unidos la inflación en noviembre alcanzó una tasa de 6.2%, en México entre 6.2 y 7.0%, España 5.6 %, Alemania 5.6%, Rusia 8.1%, Brasil 10.6% y Argentina52.1%. Pero esto tiene que ver más con la falta de oferta de mercancía en el mundo, con los costos del transporte, el aumento de los precios del petróleo y los costos en el suministro de la energía.
Por eso, aplicar una política monetaria contractiva o de “Corto” en estos momentos, sólo acarrearía un encarecimiento del financiamiento para las empresas y una desaceleración de la incipiente reactivación económica post Covid; caeríamos en lo que se conocen como “estanflación”, esto es estancamiento con inflación.
Tanto el presidente Joe Biden como el presidente Andrés Manuel, coinciden en que la inflación en el mundo es un fenómeno pasajero relacionado con la falta de oferta y que los mercados deben mantener la calma, pues la estrategia de muchos países para reducir los costos de las empresas y la inflación es estableciendo un mayor control en el abasto energético, tal como lo están haciendo Estados Unidos, México, Inglaterra, España y algunos otros países.
En esta coyuntura, aplicar políticas monetarias contractivas arrojaría peores resultados pues el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica para Latinoamérica una inflación de 9.3% para 2021, sobre todo por el aumento en los precios del petróleo, de las materias primas y los problemas en las cadenas de suministros, que han provocado escasez en la oferta de autos, muebles y materiales de construcción.
En el caso particular de nuestro país la inflación tiene que ver principalmente con el intenso temporal de lluvias y los frecuentes huracanes que azotaron las costas del Pacífico, en donde se producen gran parte de los alimentos y materias primas que consume el país. Pues de hecho, el aumento de precios en alimentos y materias primas se debió al aumento en el INPP (Índice Nacional de Precios al Productor) que fue de 8.9% con Petróleo y con Servicios; 10.5% en Agricultura, ganadería y pesca; 46.0% en Minería con Petróleo; 15.2% Construcción y 8.0% en Industrias manufactureras.
Por eso, antes que preocuparnos si quien gobierna el Banco de México es una mujer o si tendrá la suficiente autonomía y la capacidad para impulsar una adecuada política monetaria que proteja nuestra capacidad de consumo, nuestro tipo de cambio, el déficit presupuestario o el índice inflacionario; debemos de pensar en resolver la autosuficiencia energética que nos permita producir a menores costos, mejorar y ampliar el sistema de transporte y las cadenas de suministros, así como seguir estimulando el mercado interno para lograr en el menor tiempo posible la necesaria recuperación económica.