La estatua del General Emiliano Zapata
Voceros Incansables
Por Félix Fernando Baños
La estatua del General Emiliano Zapata Salazar fue la tercera escultura que se instaló en la plaza Lázaro Cárdenas, y sigue siendo la única escogida en un concurso entre escultores organizado por el H. Ayuntamiento de Puerto Vallarta, encabezado en aquel entonces por el arquitecto Jorge Leobardo Lepe García. El concurso se realizó al comenzar 1985 con ayuda del Museo-Estudio Diego Rivera y la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado de “La Esmeralda”, ambas de la Ciudad de México. Al final, quedaron las propuestas de los maestros Luis Ortiz Monasterio y Manuel Romo Aguirre, que fue la seleccionada. Se decidió también que se instalara sobre el pedestal diseñado por el maestro Ortiz Monasterio.
La estatua, de cuatro metros de altura, estaría en lugar del busto vaciado en concreto del General Emiliano Zapata, puesto en 1978 por el alcalde ingeniero Eugenio Torres Ramírez en la plaza contigua por el oriente a la obra negra dejada por don José Vázquez Galván, que el arquitecto Lepe quería aprovechar para construir la Casa de la Cultura de Puerto Vallarta. Ya Máximo Cornejo Quiroz le había prometido donar la estatua del Presidente Lázaro Cárdenas, que tenía guardada en el hotel “Delfín”, para que la instalara en la plaza que estaba al poniente de la futura Casa de la Cultura.
No satisfacía el busto al arquitecto Lepe por varias razones. En primer lugar, no se vería nada bien que flanquearan la Casa de la Cultura el busto del General Zapata por un lado, y la figura monumental, de cuerpo completo, del Presidente Cárdenas por el otro. Por razones de simetría, también el General Zapata debería representarse de cuerpo completo y de altura equivalente.
Pero, además, considerando el importante pasado agrario de Puerto Vallarta, le parecía que un busto se quedaba corto, como homenaje a quien simbolizó las aspiraciones de los campesinos mexicanos durante la Revolución. La circunstancia de que la plaza oriente de la Casa de la Cultura quedara, no sólo en la colonia Emiliano Zapata, sino entre el jardín de niños “Emiliano Zapata” y la Comunidad Agraria, sede del Ejido Puerto Vallarta, aumentaba la exigencia de poner allí una estatua concorde con la relevancia del sitio.
Aunque se firmó un contrato con el maestro Romo Aguirre, el proyecto del monumento a Zapata quedó en el aire debido a la salida del arquitecto Lepe de la Alcaldía de Puerto Vallarta para realizar su campaña como candidato a Diputado Federal.
En 1996, gracias al financiamiento de los señores Guadalupe Humberto Esparza Flores y Roberto Cueva, propietarios del restaurante “Le Bistro”, el alcalde Luis Fernando González Corona pidió al maestro Romo Aguirre que fundiera su escultura monumental, con una altura de tres metros, y dispuso que se instalara en lugar del busto que aún continuaba en la plaza Lázaro Cárdenas, lo que se hizo en 1997, siendo Presidente Municipal interino el contador público Humberto Muñoz Vargas. El pedestal en que se puso se basó en el diseñado por el maestro Luis Ortiz Monasterio.