La canícula y la degeneración orgánica

Medicina Familiar / Dr. Marco Antonio / Médico de familia

Continuación….

No existe algo más conmovedor que un nacimiento y muerte de personas queridas; conmueve el nacimiento del primer hijo, conmueve la primera palabra, conmueve la risa, conmueve el llanto, conmueve la vagancia, pero también el llanto del por qué se fue, siendo tan querido; del por qué se mató si tenía una vida por delante; del por qué le pasó esto a él si no era malo. Esas son las disculpas más comunes cuando alguien se muere. Por tal motivo ¿pierde aquel que se muere cuando no debía?

Aun cuando estaba en su lecho de muerte, sus amigos, que lo habían llevado a la clínica, no daban crédito de lo que veían, desconcertadamente, apostaban a que por su edad la iba a librar. Una hora más tarde en la clínica, el médico que los había recibido a la entrada de urgencias, les comentó que la fiebre no cedía y que las crisis epilépticas no las podía controlar, por lo que había solicitado su traslado a un 2do nivel. Llevaba días trabajando es ese túnel del edificio, recordaban que al salir lo veían mal, decaído, tartamudo, seco de sus labios, con lengua de loro, un holocausto al verlo casi derrotado, pero al día siguiente estaba bien, con ganas de seguir trabajando.

Paso directo a Terapia intensiva con el diagnostico de crisis epilépticas, secundario desequilibrio hidroelectrolítico por golpe de calor. 24 horas más tarde se le había diagnosticado muerte cerebral. No tenía ningún familiar aquí cercano y sus amigos no podían autorizar ningún procedimiento médico, los médicos tenían que consensar entre dos, como dice la NOM, para no tener ningún problema legal en caso de que no haya ningún familiar que autorizara.

Aunque se había logrado comunicar con sus familiares en Chiapas, les habían informado que tenían que pedir dinero prestado para su traslado a Bahía de Banderas y poder verlo en su última agonía de muerte.

Cuando llegó su tío le entregaron un cadáver frio, deformado por la canícula de los finales de julio e inicios de agosto. Su tío ya tranquilo, a los días estaba prácticamente discutiendo con la empresa, uno por dejarlo trabajar en esas condiciones infrahumanas, con ese golpe de calor que lo orilló hasta la muerte, fue a ver donde dormía, en un cuarto con más de 10 compañeros de trabajo, en un catre sucio y maloliente, se conformó con ver el espacio que dejó, sus botas y el resto de la ropa desacomodada, porque sus compañeros estaban hurgando entre sus pertenencias a ver que le sacaban, ya muerto quién se iba a enojar.

Su tío duro unas semanas por estos rumbos hasta no dejar claro que fue un accidente de trabajo, ya que la empresa hacía los tramites lentos sabiendo que su tío no podía durar mucho, porque no tenía dinero para permanecer tantos días. Luchó hasta el final, hasta que reconocieran del error y reconocieran a la viuda del difunto como a quien se le iba a entregar su raquítica pensión.

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