¿Hay alguna edad para enterarse?

Educación y Parentalidad / Por: Dr. Jesús Cabral Araiza

El dinero, usado con sabiduría, es útil para muchas cosas importantes, pero el amor no se compra

“La Navidad no es lo que se tiene, sino a quién se tiene”.

Megan Maxwell

Por estas fechas encontramos inundadas las redes sociales de ofertas, superofertas y “ofertazos” para regalar a nuestros seres queridos algo que los haga sentir apreciados por nosotros. Aunque algunas frases no cambian de cliché, considero importante reflexionar en lo que hacemos a fin de no caer en las argucias de la mercadotecnia y el consumismo de la vida diaria.

Ya lo decía E. Fromm en su libro Ser o Tener, con algunas frases significativas, por ejemplo: “El objetivo final del tener es tenerse a sí mismo. La primera condición para vencer el propio egoísmo es la capacidad de conocerlo. Si alguien dice que no tiene tiempo, lo que está diciendo es que no lo considera importante.

Yo puedo comprenderme plenamente solo en tanto me comprenda en mis relaciones con los demás y en las relaciones de los demás conmigo. El mayor escenario en que se representa la ficción de la libertad personal es el terreno del consumo. El cliente es el rey del supermercado. La diferencia entre ser y tener no es esencialmente la que hay entre Oriente y Occidente. La diferencia radica más bien entre una sociedad centrada en las personas y una centrada en las cosas”.

En lo personal, y como ocurre con muchos de sus importantes libros, me parece que sus profundas reflexiones cobran fuerza día a día. En particular, dicho libro, publicado en 1976, pareciera que fue pensado para durar décadas. Y es que Fromm mantiene esa capacidad para asombrarnos conociendo la parte existencial y humana de nosotros, de nuestros deseos y desvaríos psicológicos.

Hoy en día, los centros comerciales y los pedidos en línea de productos para regalar a otros siguen sosteniendo una sociedad de consumo que nos ha hecho creer que es la única opción que tenemos los seres humanos para hacer pensar a otro que lo amamos o es importante para nosotros. Pero, acaso, ¿el bebé no siente que sus padres lo aman desde que nace?, o ¿piensa que lo aman por lo que le regalan? Esa capacidad de sentir el amor de otro ser humano viene dada desde un inicio, y luego nos engañamos con artificios para suplir las palabras y los afectos de maneras mercadológicamente benéficas para unos cuantos.

Por ello, cuando usted reflexione si el producto de sus ahorros, aguinaldo o salario será gastado para tratar de que otro entienda que lo ama o es importante para usted, quizás se esté equivocando de estrategia; la otra persona, si realmente lo sabe, lo entenderá.

Por ello me parece válida la pregunta y, siguiendo la tendencia de FB: ¿A qué edad te enteraste de que para mostrar amor o afecto no necesariamente tienes que comprarlo? Que puedes hacer algo con tus manos, escribir una hermosa carta, componer una canción, hacer una obra artística o manual, estar en los momentos importantes para la otra persona, aclarar con verdad tus sentimientos hacia el otro. Es decir, si el dinero lo usamos sabiamente, servirá para muchas cosas importantes, pero no necesaria ni obligatoriamente para comprar el convencimiento de amor hacia el otro.

Es difícil cambiar hábitos o costumbres socioculturales, pero espero que cada vez más el amor se exprese de otras formas que no sea necesariamente enriqueciendo los bolsillos de comerciantes y empresarios voraces. Que pasen felices fiestas y hagan sentir plenamente amados a sus seres queridos, hasta a sus mascotas, que entienden mejor este mensaje. Por mi parte, le deseo lo mejor en este cierre de año e inicio de un 2026 lleno de oportunidades.