Golpe de calor

Vanefropedia / Dra. Vanessa A. Parra Estrada / Nefróloga Pediatra / @vanefropedia

Estamos todos enterados y viviendo (casi sufriendo) la ola de calor más intensa en las últimas décadas. Durante esta temporada los habitantes de las zonas secas extremas y zonas húmedas tropicales tenemos más riesgo de sufrir las consecuencias ocasionadas por las altas temperaturas.

El golpe de calor es una condición médica que se presenta cuándo de forma externa se eleva la temperatura del cuerpo por arriba de 39.4º. Los síntomas del golpe de calor los puede padecer cualquier persona que estuvo expuesta a altas temperaturas por algunos minutos, consisten en: coloración roja de la piel, calambres, cansancio, debilidad, dolor de cabeza, sed. También se puede acompañar de nauseas, vómitos incluso presión arterial baja, palpitaciones y síncope o desmayo. En los casos más extremos de golpe de calor existe daño severo de los riñones, hígado, corazón y sangre.

¿Qué debemos hacer en un golpe de calor?

Primero, retirarse del área con temperatura alta, salir de la exposición solar (buscar sombrita). Ventilarse, ventilar el área. Acostar a la persona en un área plana no expuesta al sol y de ser posible retirarle la ropa. Seguido de “enfriar” con agua fresca o fría, sumergirse en una tina o aplicar toallas/telas mojadas en todo el cuerpo y cabeza con la cara descubierta, cambiar el agua y las toallas las veces necesarias hasta disminuir la temperatura del cuerpo.

La hidratación es esencial. La mayoría de los síntomas son provocados por la pérdida de líquido y deshidratación. El reemplazo de líquidos debe ser principalmente con agua natural, sin embargo, también se pueden utilizar los sueros orales. La hidratación oral solo se debe ofrecer en las personas que están despiertas y conscientes. Si a pesar de estas medidas, la persona continua con pérdida del estado de alerta es necesario acudir a un servicio de urgencias.

Existen condiciones que ponen más en riesgo de sufrir un golpe de calor como permanecer mucho tiempo bajo el sol sin protección, mala hidratación, el consumo de múltiples medicamentos, alcoholismo, atletas de alto rendimiento, estado de postración en habitación no ventilada y permanecer encerrado en un automóvil.

En esta temporada de calor, cuídate y protege a los más susceptibles al calor extremo como adultos mayores y niños pequeños.