Fredy’s Tucán, calidad a precio justo
Miguel Ángel Ocaña Reyes
Fredy’s Tucán es un verdadero restaurante en toda la extensión de la palabra, con instalaciones amplias, ventiladas, cómodas, bien ubicadas, con estacionamiento, buen espacio entre las mesas, servicio amable, una buena cocina y sobre todo, precios justos, una verdadera joya en comparación con otros espacios nuevos que rentan casas, las adaptan y que utilizan conceptos y servicios pomposos como cocina de autor, cocina fusión, sommelier y vinos exóticos, música en vivo o televisión, con la idea de encarecer sus menú y bebidas, pero que son incómodos y cobran como si ofrecieran al comensal la octava maravilla, cuando lo único que hacen es cocinar bien.
En Fredy’s Tucán no es así, en Fredy’s Tucán puedes encontrar un menaje sencillo pero agradable a la vista, una ambientación minimalista con terminados en madera y plantas verdes que dan una sensación de calidez y frescura, y que combinada con una musicalización tenue, permite la charla sin molestar y te deja todo listo para disfrutar los alimentos.
El servicio es amable, y aunque por momentos por la carga de trabajo se rezagan un poco, no molesta la espera, pues hay comodidad en las instalaciones, claro, si tienes prisa la cosa cambia, pero en general es aceptable, aquí el detalle es llegar temprano, porque después de las nueve y media de la mañana se llena en serio y los meseros no se dan abasto.
En la mesa encuentras los complementos necesarios para tu comida, la cocina es de buen nivel, cuidan la estética de sus platillos y sirven porciones grandes, mismas que guardan un agradable equilibrio entre sabores y texturas, sin embargo algo que destaca es la atención a esos pequeños detalles que le dan un extra al plato, por ejemplo, en mi caso, la rebanada de rábano sandía le dio un plus al sabor que francamente se agradece. Si no terminas las porciones, los meseros te llevan un recipiente para que tú lo acomodes siguiendo los lineamientos sanitarios.
Es de destacarse lo amplio de su menú y sus precios justos que te dan ganas de regresar a probar otros platillos.
En cuanto a los baños, están limpios y con un buen espacio, aunque el lavabo es externo, cuenta con rampa para discapacitados, es tranquilizante ver que siguen los protocolos sanitarios, ya que cuando una mesa de desocupa, inmediatamente el mesero llega a desinfectar y limpiar las mesas. En el exterior hay un área de espera con sillas en un espacio amplio donde no te molesta el sol por las mañanas.
En lo personal lo único que a mi parecer faltó, fue un área infantil, claro, si tienes niños, si no, ni lo extrañas.
Su propietario, es un hombre que conoce su oficio, es consciente de la calidad y servicio que merece el público vallartense, y se nota en la atención y los precios justos, algo que se agradece en estos tiempos en los que muchos restaurantes desdeñan al local, olvidándose que en pandemia fueron los que salvaron sus negocios.
Freddy’s Tucán es un restaurante para disfrutarse, tanto si tienes prisa, porque la atención es eficiente, como si quieres pasar un buen rato con los amigos y relajarte, por lo cual considero es un lugar para regresar, yo así lo haré, aunque todavía falta conocer su menú de comidas.