Esterilización masiva de animales
Desentrañando el bienestar animal / Por: Sara Patricia Chagolla / Médico Veterinario Zootecnista y Maestra en Ciencias Biológicas
Hoy quiero platicarle sobre las medidas sanitarias que incluye la Secretaría de Salud contra la rabia y cómo se vinculan con las esterilizaciones masivas. Había notado que, generalmente, cuando se realizan campañas de esterilización, también hay campañas de vacunación. Primero, entendamos qué es la esterilización: esta pretende evitar la fertilidad de los animales, en este caso, perros y gatos.
En general, en las campañas de esterilización se realiza la castración, que consiste en remover completamente los órganos sexuales. De esta manera, desaparecen las conductas sexuales y se logra la esterilidad; es decir, los animales no podrán ser fértiles. Pero, ¿qué tiene que ver esto con la rabia? Aquí viene la conexión.
Desde 1993, contamos con una Norma Oficial Mexicana que aborda la prevención y control de la rabia. Esta norma establece la observación clínica de los animales que han agredido a una persona. Nos exponía los lineamientos de prevención, es decir, las vacunaciones que debían tener los animales para evitar el contagio de esta enfermedad.
Y, por supuesto, se generó una organización de este programa. A partir de esta norma surgen los famosísimos —aunque a muchos no les gusten— centros de control antirrábico. Sí, ahí comienza todo. Centros de control antirrábico que, posteriormente, se convirtieron en centros de control animal, centros de control canino y felino, etcétera.
Después de 1993, se generaron todas estas medidas sanitarias para detener esta enfermedad. En 2006, surge la Norma Oficial Mexicana 042, dirigida a todos estos centros de atención canina, ya que se descubrió que no estaban realizando sus actividades de manera adecuada. Así, decidieron que necesitábamos esta normativa que indicara cómo llevar a cabo técnicamente cada una de sus actividades.
En esta norma se declaran obligatorias actividades como la vacunación antirrábica, captura, observación, toma de muestras y esterilizaciones de perros y gatos como parte del control de la zoonosis. Incluyeron esterilizaciones porque se percataron de la enorme cantidad de animales en situación de calle que propagan enfermedades.
Así, en 2006, se abre esta Norma Oficial Mexicana que regula todos estos centros caninos. Además, déjenme decirles que surge algo muy positivo: la Senapresa publica guías operativas de jornadas intensivas y permanentes de esterilización.
En estas guías se especifica cómo debían llevarse a cabo las esterilizaciones, buscando el bienestar de los animales, cómo debían ser las capturas, la observación de los animales, y además se genera una promoción de educación en la gente para fomentar una tenencia responsable. Ajá.
Aquí se entiende que, si bien la esterilización y la rabia tienen una relación directa, una no sustituye a la otra. El hecho de esterilizar no implica que ya no debas vacunar, porque mucha gente así lo pensaba. Posteriormente, en 2011, se modifica la norma de 1993 y se actualizan los criterios que deben seguirse cuando hay una sospecha de rabia humana en perros y gatos.
Se genera esta guía de vacunación, vigilancia, laboratorios, observación de animales y cómo debía ser la coordinación interestatal. Pero como no quiero alargarme y seguramente podremos retomar el tema en otro programa, solo quiero recordarle algo: desde 1993 tenemos todas estas campañas.
Entonces, me pregunto: ¿cómo es que, si en 2016 se generan diferentes guías —además de que, desgraciadamente, quitan esta norma que regulaba los centros de atención animal, porque ahora resulta que todos deben ser centros de bienestar animal (lo veremos en la siguiente parte)—, seguimos creyendo que las esterilizaciones masivas y las vacunaciones antirrábicas van a detener las enfermedades zoonóticas y evitar que siga habiendo animales en situación de calle? Si hasta el momento llevamos más de dos décadas, incluso tres, buscando que esto suceda, y repetimos el mismo patrón, tal vez deberíamos cambiar un poco.