Eres tú… ¿o eres tu empresa?

Empresa Familiar

Aprender a delegar es un proceso de confianza tanto en la empresa como en quienes participan en ella. No se trata de que el fundador se distancie del proyecto, sino de que ejerza el liderazgo práctico para una organización estratégica en beneficio de la empresa

José Mario Rizo Rivas

Aprende a descentralizar responsabilidades

“La vida de un líder implica formación de experiencia propia y ajena, pues dejar todo para sí mismo no permitirá que en el futuro se reconozca su legado”

Mónica Vega

Despersonalizar a un proyecto de su fundador, es uno de los mayores retos en las PYMES familiares. Y si no se concreta, se convierte en un gran desacierto estratégico.

¿Cómo desarrollar el proceso sin afectar a la empresa en el camino?

Desde que un emprendedor esboza su idea, ésta se convierte en parte de él. Aún  tiempo después, cuando se materializa la empresa. Sin embargo, cuando el negocio se encuentra estructurado es momento de dar el paso: concretar la transformación de fundador, a líder.

Los grandes conflictos en las empresas familiares parten de la falta de profesionalización y la ausencia de organización institucional: las emociones se convierten en regentes de la vida al interior del negocio. La formalización de la empresa debe provenir desde quien la encabeza.

El primer movimiento entonces, es impulsar la formación de órganos de gobierno corporativo en los cuales apoyar el manejo del negocio. Así que, institucionaliza. Es la maniobra más importante para que la empresa trascienda a una persona. Que deje de ser el proyecto propio para convertirse en el que todos comparten.

¿Cómo me preparo para delegar?

Una vez que ya existe un andamiaje corporativo, hay que afianzar cómo distribuir las responsabilidades, cómo repartir de manera práctica el peso de tareas específicas para que la empresa funcione.

Practica el volverte prescindible. Dejar en manos ajenas nuestras responsabilidades es una cuestión de práctica. Hay que ejercitar valores como la paciencia, la flexibilidad y la tolerancia para aceptar que el otro las que solían ser actividades propias. Como también implica transferir una parte de la autoridad, el ego se convierte en un impedimento en este camino, así que cámbialo por una visión humilde para entender que más personas pueden desarrollar las mismas tareas.

Rodéate de talento. Por supuesto, hay temor. Uno de los principales obstáculos en la delegación de responsabilidades es superar el miedo de pensar que, de no hacerla personalmente, la tarea resultará en desastre. La mejor manera para contrarrestar dicha preocupación es rodearse de colaboradores capaces; un buen líder debe privilegiar desde el inicio la formación de su equipo.

Enfócate en las ventajas. Un beneficio de “deslindarse” es la posibilidad para el líder, de enfocarse en asuntos de mayor importancia. El equipo también resulta afectado positivamente: delegar es un estímulo para las capacidades de los colaboradores. Nadie puede crecer si todo el tiempo se le mantiene limitado bajo la administración de alguien. En contraste, dar un margen de maniobra impulsa el desarrollo de las aptitudes profesionales.

¡Delega en 5 pasos!

Una guía práctica para la distribución de tareas se concentra en cinco pasos:

  1. Explica exactamente qué se debe atender.
  2. Enseña cómo hacer la tarea.
  3. Confirma que el colaborador entiende la asignación.
  4. Expón el valor de la actividad, el porqué es importante.
  5. Evalúa la realización de la responsabilidad delegada.

Aprender a delegar es un proceso de confianza tanto en la empresa como en quienes participan en ella. No se trata de que el fundador se distancie del proyecto, sino de que ejerza el liderazgo práctico para una organización estratégica en beneficio de la empresa.

O en palabras de Ronald Reagan: “un gran líder no es necesariamente quien hace grandes cosas Es la persona que logra que otros los hagan”.