Encanto

SanaMente / Ana Paula González Toledo / Médico Psiquiatra

Los roles de cada personaje son comunes y visibles en la población en general independientemente de la cultura

1ª parte

Disney lanzó una de sus tramas más fascinantes, de esas que dejan pensando tanto a los adultos como a los niños por igual. La película habla de la familia Madrigal, y puede ser analizada desde varias perspectivas, pero me limitaré a la del sistema familiar.

Los roles de cada personaje son comunes y visibles en la población en general independientemente de la cultura. Las personas pueden crecer mentalmente sanas, y por lo menos alguno de los padres es comprensivo, empático y flexible; en la película el padre muere, por lo que solo queda la madre, que es lo opuesto a esta descripción. Observamos a una mujer dura, exigente y que pareciera tener un destino preparado para cada miembro. Destino que funge más por cumplir con un propósito social. Por ejemplo, Bruno y el mandato de no hablar de él y de mantener apariencias por el bien de sus hijos.

Dentro de cada familia existen roles que, en algunos casos pueden ser estereotipados y que se repiten con frecuencia. Son tres los principales: el niño dorado, el niño invisible y el chivo expiatorio, y dos los roles secundarios: el hijo fuerte y el que dice la verdad.

El chivo expiatorio

Pero, ¿por qué?, ¿por qué no se habla de Bruno? Los creadores utilizaron a este personaje para ejemplificar dos fenómenos. El primero para mostrar cómo en épocas pasadas, y lamentablemente incluso en la actualidad, las familias tienden a ocultar o a mantener en secreto la enfermedad mental. Como si padecer un trastorno mental fuera culpa de la persona que lo padece, y fuera algo por lo que hay que sentir vergüenza. Bruno exhibe síntomas de trastorno obsesivo compulsivo, lo que se puede observar cuando cumple con los rituales de tirar la sal por encima del hombro. El segundo, porque su rol dentro de la familia es el de chivo expiatorio. Rol que vemos en los hijos que tienen una cualidad mental, que son inteligentes y que de alguna forma entienden lo que sucede a su  alrededor.

Bruno conoce y señala por medio de sus “profecías” los roles de los otros, los predice. El resto de la familia sabe que el chivo expiatorio sabe esto, y lo tienden a aislar con la finalidad de continuar con el ciclo tóxico. El chivo expiatorio puede llegar a sentir miedo del padre o la madre que lo castiga, y se esconde con la finalidad de mantener las cosas en calma. En la película Bruno vive escondido para así “mantener el encanto”. Habitualmente les gustan las artes, en el filme nos cuentan que Bruno de joven quería ser actor.

El niño de oro

Se le denomina el niño de oro al hijo preferido, a la princesa o el príncipe que hace todo bien. Es el hijo por medio del cual el padre tóxico espera tener reconocimiento. Puede ser un jugador de fútbol, una reina de belleza, etcétera, son vistos por el padre o madre como perfectos, por lo que reciben muchos cumplidos; en la película es Isabela. Vemos cómo Isabela tiene que adornarlo todo, dejarlo bonito con sus flores. La figura tóxica, representada por la abuela, quiere que se case con un hombre que desde su punto de vista hará mejor a ambas familias, aunque Isabela no lo quiera. Se les dice niños dorados para hacer referencia a la manera en la que se les pone en un pedestal por su aspecto físico. En la vida real el niño dorado puede participar activamente en atacar al chivo expiatorio y con frecuencia termina siendo el único que se queda alrededor de la persona tóxica.

El hijo fuerte

Por otro lado, está el personaje secundario de Luisa, la hija que hace todo a pesar de sí misma, que no tiene vida social ni relaciones interpersonales, porque solucionar las necesidades de su familia le consume mucho tiempo y es responsable de muchos deberes. En la vida real son quienes lo resuelven todo, no expresan emociones y siempre soluciona los problemas.