El poder es para servir sin distingos

Humberto Famanía Ortega

Todos de alguna manera somos corresponsables del rumbo de nuestro municipio

1ª parte

Cuando incursionas en la política, es muy común ver deslealtades, existen personas que por azares de la vida se han visto beneficiados por su peregrinar por la vida pública, escalando puestos sin importar lastimar la dignidad de quienes en un tiempo les brindaron su apoyo. Lo más importante es que un municipio como Puerto Vallarta Jalisco, jamás olvidará a quienes cometieron faltas graves y desde luego corrupción, recordando que las circunstancias cambiarán a través del tiempo, ya que un pueblo con memoria histórica jamás olvida. Tenemos que seguir construyendo, sobre todo logrando la confianza que se otorga al emitir el voto: Mandato del pueblo que exige gobiernos honestos, dignos y con capacidad.

Quienes hemos incursionado por algunos puestos públicos, no quiere decir que ya somos políticos, ya que este título te lo confiere la misma sociedad, así es que en el momento que se obtiene la confianza de la ciudadanía en tu poder de gestoría, en esos momentos inicia tu carrera política. Mentira es que al adquirir responsabilidades públicas ya pasas al gremio de los políticos, triste equivocación, ya que se adquiere con o sin puestos al servicio del Estado. Es importante mencionar que cada día que pasa son menos los verdaderos políticos, existen chantajistas que, abusando de sus máscaras siniestras, engañan la voluntad del pueblo, a esos debemos de delatarlos, porque no sirven a la sociedad.

Nuevas actitudes

Son los tiempos de renovar la carrera política con nuevas actitudes, recordando que la beligerancia de la opinión pública y el protagonismo de los medios masivos de comunicación, son indicadores de desarrollo político. Hace falta que el político moderno sepa desempeñarse eficientemente en todos los medios, y mostrarse a la sociedad con absoluta transparencia si desea comunicarse con ella y contar con su respaldo. La transformación de muchos de los actores políticos se da en el momento que adquieren poder, pecando de soberbios, por eso su medio natural es la oscuridad, solamente ellos creen que su linterna es la correcta. En el momento que los adulan se sienten subidos con linaje totalmente falso que los hará caer seguramente en el momento que sean sustituidos de su cargo.

Ética administrativa

Recuerdo a uno de los presidentes de la república, Don Miguel de la Madrid, que optó en su mandato por la renovación de la ética administrativa, que iba más allá de los incidentes persecutorios y respondía a una intención ideológica, que no debe de escapar a la inteligencia de la opinión ciudadana. Cómo hace falta aplicar esta ética de una manera estricta, para evitar ofrendas y obsequios muy costosos a quienes tienen la responsabilidad de tener un puesto público. Ahora se disfrazan más esas dadivas; urge pues el obtener un proceso de ingeniería política que permita controlar a quienes están involucrados en prebendas, con sanciones y castigos severos por estas faltas que indignan al pueblo.

Comentan los sociólogos, el mundo del poder puede ser tierra de la paradoja; mientras más poder nominal se tiene, menos poder real se ejerce, o si se quiere, hay una relación inversamente proporcional entre cantidad de poder y calidad de poder. Sin temor a equivocarme, la que ha predominado en nuestra región es la primera, porque hasta en eso carecemos de líderes preparados que sientan, que el poder servir está primero que servirse del poder. Lo más importante es que nos encontramos en una sociedad más demandante, porque ante lo negativo, luchamos cada uno de nosotros en nuestro círculo de influencia, por los valores y por hacer lo mejor posible nuestro trabajo. Es justo comprender que todos de alguna manera somos corresponsables del rumbo de nuestro municipio (pobreza, injusticia, corrupción, ecología etcétera), ya que en cada una de nuestras acciones repercute de alguna manera en nuestra comunidad.