El lenguaje en la portada de Sheinbaum
Hace unos días, Claudia Sheinbaum, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, apareció en la portada de la revista semanal de El País. Uno de los periódicos más conocidos a nivel nacional.
Aunque la misma gobernante comenta que esta portada de ninguna manera tiene como objetivo empezar a hacer campaña rumbo a las elecciones de 2024, es importante destacar que su vestimenta, la posición, el lugar e incluso la cortina y la ventana nos mandan mensajes completamente diferentes. ¡Claudia se tomó una foto que bien puede ser usada para anunciar su candidatura!
A continuación desglosamos los mensajes que manda:
Blanco: El color de mayor autoridad para la mujer. Proyecta profesionalismo, capacidad y fortaleza. Además, habla de pulcritud, inocencia y paz
Accesorios sobrios: Los accesorios siempre serán más elegantes cuando son sencillos. En este caso, Claudia trae aretes y pulseras muy sutiles, que hablan de una mujer profesional, con buen gusto, pero que no está interesada en lucir su posición económica.
Cabello recogido: El cabello recogido hace que no haya distractores en la imagen, además de proyectar responsabilidad y confianza, pues hace que sea percibida como organizada.
Fondo de muebles de madera: Es un elemento cálido que habla de crecimiento, nobleza y liderazgo.
Ventana: En lenguaje corporal, ella aparece asomándose por la ventana, moviendo la cortina un poco para poder ver hacia afuera. Lo que significa que está esperando para salir, curiosa de lo que puede haber afuera.
Media sonrisa: Sin enseñar los dientes, pero intentando marcar el gesto, esta sonrisa es positiva, disimula la intensidad y proyecta cortesía. Por el lado negativo, se puede pensar que es una mujer incapaz de demostrar sus emociones.
Los mensajes son claros, en esta imagen vemos a una Claudia más refinada, con la intención de lanzar mensajes de mayor autoridad y mayor liderazgo. Aquella imagen de campaña en donde todo era más relajado; jeans, playera y tenis para mandar mensajes de suma empatía parece que va quedando en el pasado y se empieza a adecuar a las necesidades del nuevo objetivo; la presidencia.