El éxito no es solo una cuestión de talento

Percepciones / Por: Roberto Franco Briones / Consultoría en Imagen Pública ICONOS

Qué difícil es estar en un lugar en donde no te sientes valorado, no te consideran para puestos mayores, y tampoco te suben el sueldo. Uno se prepara, se esfuerza, da resultados, pero siempre eligen a otro.

Es frustrante sentir que todo tu esfuerzo pasa desapercibido, ¡como si fueras un fantasma! Tu experiencia, tu conocimiento y tus habilidades parece que no cuentan frente a los ojos de tus jefes

Llega un punto en donde ya ni sabes cómo hacer notar que sí sabes lo que estás haciendo y que podrías ser un buen líder, pero que necesitas que te den la oportunidad; sólo eso, ¡qué te den la oportunidad!

Por la cabeza pasan varios pensamientos, ¿empezaré a buscar trabajo?, ¿renunciaré de una vez?, ¿vale la pena que siga aquí?, ¿qué tal si renuncio y no encuentro nada mejor?, ¿valdré lo que realmente pienso que valgo?, ¿sabré lo que realmente pienso que sé? Una duda sobre otra que no dejan nada bueno y que sólo logran desgastar la autoestima.

Pero piénsalo con la cabeza fría, si llevas tantos años en esa empresa o haciendo lo que sea que haces, es porque sí eres bueno, ¡sólo te falta aprender a proyectarlo eficientemente para que tu entorno lo note y lo agradezca! Puede ser que tú mismo te estés saboteando a través de tu imagen. Y no, no te estoy hablando de una trivial o de algo superficial.

La imagen profesional no sólo se reduce a vestirse bien (aunque es importante), es la suma de tu lenguaje corporal, tu voz, tus silencios, tu postura y hasta la manera en que tratas a tu jefe, clientes, compañeros de trabajo o proveedores. ¡Es la forma en que le dices al mundo lo que traes adentro!

¿Más sencillo? Es lo que hace que una persona sea vista como profesional incluso antes de hablar. O, al contrario: lo que provoca que, pese a tener una trayectoria sólida, no seas tomado en serio.

Vivimos en un entorno competitivo, saturado, donde cada segundo de atención cuenta. Tu presencia es tu carta de presentación. Y si no comunica autoridad y coherencia, probablemente esté restando, en vez de sumar.

Y ojo, no te estoy diciendo que debes disfrazarte o ser una persona que no eres, ¡al contrario! Te digo que debes hacer que la gente conozca todo lo que traes adentro a través de las herramientas que tienes a la mano; tu cuerpo, tus palabras, tus prendas y tus acciones.

De verdad, me niego a que personas valiosas, inteligentes y profesionales, sigan siendo invisibles en su entorno laboral por no saber cómo gestionar su imagen. ¡Rompe tu propio techo de cristal! Busca que todo lo que has aprendido se perciba ¡y se valore!

Roberto Franco Briones

Consultoría en Imagen Pública ICONOS

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