El desgaste de la recta final
Hablemos en serio / Javier Orozco Alvarado /Ex rector de la Universidad de Guadalajara en Puerto Vallarta
El sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador se encuentra prácticamente en la recta final y, como es natural, ante la víspera de las elecciones para la sucesión presidencial, han aparecido muchas acusaciones y muchos señalamientos sobre lo que se hizo mal o lo que se dejó de hacer.
Entre las principales acusaciones, es que durante su gobierno han sido asesinados 58 periodistas y muerto más de 180 mil personas en manos de la delincuencia, cifra muy superior a la de cualquiera de sus antecesores. Se le acusa también de no haber creado el mejor sistema de salud del mundo, tal como muchas veces lo prometió. Se señala, igualmente, que en el ámbito educativo, las Universidades públicas se enfrentaron a la falta de presupuesto para la investigación científica y becas para posgrado.
Otros le acusan de haber creado un narco Estado, de preservar privilegios y favorecer la corrupción entre inversionistas privados cercanos a su familia, en las que se consideran las obras faraónicas del sexenio; además de la corrupción de funcionarios y colaboradores cercanos de su gobierno.
La gente no duda de la honestidad del presidente, ni de su buena voluntad para ayudar a los pobres, pero se le acusa de buscar perpetuarse en el poder estableciendo la agenda que deberá instrumentar quien le suceda en el cargo para instaurar un gobierno populista y antidemocrático de corte socialista.
Aunque nadie desconoce el esfuerzo del presidente por realizar grandes obras que traerán beneficios para México en el futuro; aun así se le cuestiona el haber dejado en manos del ejército la administración de esos proyectos, así como los sobrecostos y la falta de licitación de dichas obras.
Empezando por el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), se cuestiona haber pasado de un presupuesto de 70 mil millones de pesos a un gasto total de 90 mil millones, lo que representó un 29% más del presupuesto inicial. Y junto con ello, el sobrecosto del tren sub urbano para llegar al AIFA, que se calculó en 18 mil 856 millones de pesos y llegó a 25 mil 800 millones, lo que significó un 37% más de lo presupuestado.
Lo mismo pasó con el Tren Maya, el cual costó 515 mil 762 millones de pesos al cierre de 2024; un 3.3 veces más de lo que se había presupuestado inicialmente. Algo similar sucedió con la Refinería de Dos bocas, cuyo costo en 2019 fue presupuestado en 8 mil millones de dólares y terminó costando 17 mil 341 millones de dólares, prácticamente más del doble del presupuesto inicial.
Existen muchos cuestionamientos tanto en lo económico como en lo social; aunque también en lo político, pues tanto los fundadores como los militantes de Morena muestran su descontento y su desacuerdo por ser excluidos en las candidaturas para privilegiar a personajes del PRI, el PAN o MC, quienes recientemente militaban o desempeñaban cargos públicos a nombre de esos partidos.
Así las cosas, lo cierto es que el descontento social y político deja muchas dudas e interrogantes sobre el futuro político de Morena y la continuidad de la Cuarta Transformación.