Dime cómo decides y te diré quién eres
Empresa Familiar / Por C.P.C. y M.I. José Mario Rizo Rivas
¿Qué está haciendo tu empresa para poder tomar mejores decisiones día a día?
“No soy producto de mis circunstancias, soy producto de mis decisiones.” Stephen Covey
John D. Rockefeller fundó Standard Oil en 1870. En ese momento el petróleo era un producto apenas conocido en el mundo, pero el empresario supo ver el futuro tan importante que tendría y decidió, con valentía, ser pionero en ese mercado. Uno de los hábitos que tenía Rockefeller en su estrategia de negocios era: “Toma tus propias decisiones, tu libertad depende de ellas”. El haber medido correctamente los riesgos de sus inversiones, convirtieron a este empresario en uno de los más importantes de la historia. Esta sabiduría también la encontramos en una fábula clásica:
Érase una vez un sabueso joven que se extravió en la selva. Para su mala fortuna, se encontró con un tigre que lo vio a lo lejos y se abalanzó sobre él. El cachorro se sobrepuso al miedo y muy rápidamente tomó una decisión que salvó su vida: vio unos huesos cerca de él y se puso a roerlos. Entonces gritó: “¡Este tigre que acabo de devorar estaba delicioso!”. El tigre lo escuchó y se alejó de ahí agradecido de no haber perdido la vida. Un mono observaba a la distancia lo sucedido y fue a avisar al tigre cómo había sido engañado. El tigre, muy molesto, fue a buscar venganza. Cuando el sabueso vio al tigre y al mono acercarse entendió lo sucedido. Se puso de espaldas y cuando sus enemigos estuvieron cerca dijo: “El mono ya tardó demasiado, lo envié a conseguirme un tigre para la cena y no ha regresado”.
La habilidad del cachorro para tomar decisiones trascendentales bajo presión le salvó la vida. De esta misma manera, los líderes de empresas familiares deben considerar la importancia de sopesar las decisiones en torno a su negocio: en cada una de ellas está en juego el patrimonio de su familia.
Un camino que nunca se termina de recorrer
Tomar decisiones es todo un proceso y no se aprende de la noche a la mañana, incluso podría decirse que nunca se deja de aprender en esta tarea tan compleja. Por ejemplo, aunque la experiencia es fundamental, por sí sola no basta para tomar una decisión de negocios: cada situación debe ser evaluada desde su contexto, con sus condiciones únicas para no caer en trampas.
La manera más confiable de agregar certeza a una decisión, es fundamentarla en la información que se tiene al respecto. Esto permite tener una perspectiva global de la problemática, sopesarla a partir de distintas fuentes, proponer diferentes soluciones: en pocas palabras, se trata de resolver todas las preguntas que se abren frente a una decisión. Buscar la objetividad de este proceso ayudará a que tu organización gane confianza en momentos clave, calculando los riesgos a través de factores que sean medibles y llevando a la empresa a solidificar un proceso que podría volverse un dolor de cabeza.
¿La cultura de mi organización se refleja a la hora de tomar decisiones?
Las empresas familiares suelen comenzar con su fundador tomando la mayor parte de las decisiones y guiando a su equipo de trabajo. Si una organización desea lograr una estabilidad a largo plazo, el proceso de la toma de decisiones debe ir de la mano de la profesionalización de toda la compañía. Esta evolución comienza con el gobierno corporativo, el cual permite que las decisiones se tomen como un verdadero equipo, escuchando las diferentes opiniones que hay dentro de la familia y alcanzando un diálogo que enriquezca el camino a seguir por la organización.
Son los valores que identifican a una organización los que permiten la comunicación, el diálogo y la sinergia dentro del equipo de trabajo. Cuando las decisiones forman parte de todo un plan institucional es que se estará más cerca de que, en conjunto, se consideren con certeza los riesgos que podrían afectar el patrimonio familiar.
Este enriquecimiento de perspectivas, el dar la voz a toda la familia empresaria es el camino a la libertad que mencionaba Rockefeller. Si la toma de decisiones es parte de tu estrategia de trabajo, ello llevará al crecimiento profesional de cada colaborador, al fomento de la creatividad y hará único el desempeño de tu organización.