¿De qué lado estás?
Planeta Luna / Por Consuelo Elipe
Increíblemente ha pasado un mes desde el texto anterior y la situación que apenas esbozaba sobre Ucrania es una realidad más y más cruel, más y más complicada y aterradora.
Cada día la sensación de estar en terreno movedizo aumenta, el primer pensamiento cuando me despierto es, qué habrá pasado durante la noche, no puedo imaginar qué será para toda la gente inocente que no sabe si su vida pasaré del próximo minuto.
¿Se han preguntado durante estos días qué harían ustedes si fuera su pueblo o ciudad el que estuviera bajo los misiles de un día a otro? ¿Qué salvarían, qué se llevarían…? ¿Lucharían por su país o huirían?
¿Se han preguntado si los líderes de nuestros países estarían a la altura de la situación?, ¿si serían auténticos líderes como está demostrando Zelensky, el Presidente de Ucrania? Yo francamente tengo mis serias dudas en este punto. Es más no tengo ninguna duda, si me preguntan por el presidente de España sé que correría en su avión privado en el minuto 1 con la primera bomba, o incluso antes.
Es momento de no ponerse de perfil, de saber de qué lado estás, y creo que hay solo un lado correcto, humano, moral. Por eso no entiendo por qué México no quiere aplicar sanciones a Rusia, ¿cómo pretenden los dirigentes mantenerse en un equilibrio cuando está tan claro quién es un criminal y quiénes son las víctimas? No sé por qué me asombra que un político ponga cara de palo y ni pestañee ante temas brutales, simplemente miran para otro lado y de todos modos sus borregos – seguidores no les discuten.
Cómo se han hartado a decir, no hemos vivido nada igual desde la Segunda Guerra Mundial. Casi ninguno nos acordamos porque no lo vivimos, pero lo que sí sabemos los que tenemos sobre los 50, es que nuestra vida tal como la conocíamos se acabó en 2020. Tuvimos la ilusión de recuperarla y lo rozamos con los dedos hace unos meses, y de nuevo se fue de la manera más brusca.
Esta situación solo abona a la mentalidad de las últimas generaciones de “vivir el momento”, y reconozco que yo lo he dicho y apoyado mil veces. Ahora cuando veo alguna de las consecuencias, no estoy tan convencida de que sea lo correcto. Tenemos generaciones muy jóvenes que tienen cero compromiso, casi el 100% de los restaurantes y hoteles del destino están en situación límite porque no encuentran personal para trabajar. La pandemia fue el remate para que muchas personas pensaran que están mejor en casa, trabajando alguna horita suelta y que mientras cubran gastos para que molestarse o esforzarse más…
Quizá es cierto que el cambio radical de todo en un espacio de tiempo muy corto, nos hace entender que lo que servía para nuestros abuelos o nuestros padres ya no sirve para los más jóvenes, pero creo que estamos en límites nada positivos. Puede ser que en algún momento podamos encontrar el punto medio entre estar 50 años en una sola empresa, o vivir tanto el instante que sea imposible comprometerte.
Este momento de la historia es como cada uno, muy particular, pero sí me parece que es algo más intenso que las pasadas décadas. Se han juntado muchas cosas extremas con el caldo de cultivo de las redes sociales controlando el planeta, y esa combinación está resultando cuando menos peligrosa. Me parece que nuestras cabezas y visiones han perdido en profundidad, en análisis, en tolerancia. Pasamos de puntillas por todo, importante o superficial. Recibimos aluviones de noticias a las que reaccionamos visceralmente en su mayoría.
Este 2022 después del parón del COVID será sin duda uno de los años más agotadores de los vividos. Queremos hacerlo todo sin excepción. Sería bueno no dejar de lado lo esencial por abarcar demasiado.