De naturaleza a sobrevivir
Medicina Familiar / Dr. Marco Antonio Inda Caro / Médico de Familia
Estaba suplicando una señora con su hijo en brazos, que le cedieran el espacio porque no querían atenderlo en el área de urgencias si no llevaba una prueba de antígenos negativa, argumentando que podía poner en riesgo aquellas personas de la tercera edad que no estaban vacunadas contra la covid-19 y fueran portadoras de alguna enfermedad asociada. Ella les rogaba y decía – “¡Es que yo no tengo la culpa que no se hayan vacunado!, ¡yo sí cumplí con mi obligación de cuidar a mi prójimo y mi hijo tiene fiebre!”. No esperó más, y acudió pasadas las 6 de la tarde, al módulo respiratorio donde había delante de ella más de 16 personas esperando desde el turno de la mañana. Llegó hasta la puerta del módulo y solicito una prueba, la enfermera le contestó: -Mire, ya no hay espacios porque terminamos a las 8 de la noche, y son 16 personas que están delante de usted, solamente que pida a uno de ellos su espacio y que acudan mañana temprano, la mayoría puede esperar, pero no le podemos quitar un espacio que tienen asegurado desde el turno de la mañana.
Todos tenían un pretexto y los lugares ya estaban ocupados, se acercaba la hora de cerrar y le decían – “Es que yo también tengo hijos que cuidar, los deje solos, encerrados, nadie me los cuida y tengo aquí 4 horas esperando, si no llevo incapacidad ¡me pueden correr!”
El personal salía cada dos horas para informar sobre el avance y la forma de realizarse el estudio, así como del tiempo que tomaba con cada paciente, insistiendo en aquellos que sólo acudían por una incapacidad, podían enviar a un familiar sano a la consulta externa donde había más médicos. Se mencionó que iban a estirar un poco más el horario, pero que no se comprometían. Al ver la poca posibilidad, empieza a maltratar a los asistentes con injurias, falsos testimonios, chantajes de muerte y cualquier amenaza a la integridad de los asistentes.
No lo logró, no logró sincerarse con la súplica, lloró, grito y se desesperó con los asistentes, acto seguido, inicia una riña con una mujer que le respondió que ella también tenía hijos y que los había dejado encerrados. Se hizo una gresca, ella sin soltar a su hijo con fiebre en brazos, y su contrincante aferrada a su espacio que ya había asegurado. Cuando llegué, porque me hablaron en calidad de urgente por la pelea, noté a las dos mujeres con la respiración agitada, escarlatas de sus rostros, llorando la madre cargando a su hijo desesperadamente sin perder el objetivo. Acto seguido le dije, vengase acá la atiendo, cada quien tiene sus necesidades, lo que me impactó fue la determinación a hacerle una prueba de antígenos a su pequeño hijo que no soltó durante la pelea, no es de felicitar por el pleito ocurrido, pero sí la felicito por lo determinada que se siente a realizar la prueba al pequeño.
Finalmente, la prueba resultó positiva en un niño de 8 meses, episodio seguido, orientar a la madre en los datos de alarma además de la neumonía, ahora por hepatitis aguda que se está presentando a esta corta edad fuertemente vinculada al covid contra otros virus. Si lucháramos con esa gallardía de la madre para hacerles pruebas a los hijos, estaríamos con un mejor control de la enfermedad, sin embargo, esa sensación a delinquir que nos caracteriza, que aun sabiendo los síntomas de covid-19 y de otras enfermedades no tomamos enserio tales martirios, valiéndonos un cacahuate la salud por el resto de la población.
Esta cepa Omicron BA.2, BA.4 y BA.5 nos va a ocasionar muchas bajas laborales en los centros masivos, con tendencia a mutar viralmente, actualmente existe buena aceptación por la mayoría al uso de la vacuna, sin embargo, como lo dije a un joven de 26 años trabajador de hotelería, personas como tú que no aceptan las vacunas, hacen que esta enfermedad continúe masivamente con su expansión.