¡Cuca, otra vez!

Medicina Familiar / Dr. Marco Antonio Inda Caro / Médico de Familia

Con motivo de un paciente con Alzheimer.

“¡No! Otra vez no, ya nos acabamos de levantar de la cama, mira te lo voy a enseñar con el teléfono.”

Al mostrarle el teléfono él exclama: – A, de veras  hay que descansar.

Cuca ya no podía más, sus hijas estaban de acuerdo en lo que hacía, era engañarlo cada día por su avanzado Alzheimer; antes de sus 60 años convivía en la plaza del pueblo que le queda a 2 cuadras de su casa, les avisaban con frecuencia que al ir caminando orinaba frente a las personas (estaba desinhibido por completo).

¿Cómo sucedió que no te diste cuenta?” Le preguntaron a Cuca.

– A veces durante la sobremesa después de los alimentos, no lograba terminar lo que empezaba a platicar y se veía mal humorado, irritable, tenía un tiempo para acá, que así era, o sea, platicaba con nosotras (todas sus hijas) y era completamente normal, antes se exaltaba por cualquier situación y lo entendíamos como normal, pero cuando de pronto lo veíamos que no regresaba a casa como normalmente lo hacía, y lo peor, cuando se hizo del baño en la calle frente a las personas, ahí fue cuando ya concluimos que estaba enfermo, que perdía la memoria, y que esos ademanes de coraje, esas platicas que no lograba terminar, esa pérdida de la memoria que no recordaba amistades se hicieron cada día más frecuentes. Ya no nos queda de otra más que cuidarlo, porque que yo sepa no hay cura todavía, los medicamentos que les dan no funcionan para nada en la gran mayoría de las personas.

En una reunión familiar, sentados en una misma mesa de casi 15 familiares, todos con sus parejas, juntamos las manos al centro y juramos que, si alguno de nosotros tenía estos síntomas, que unidos los íbamos a cuidar, que no lo íbamos a dejar nunca fuera de las festividades, de las reuniones familiares y que con respeto lo íbamos a tratar ¿de veras piensan que así va a suceder? Juntemos pues esas manos y juremos que así será, que nos cuidaremos que pasados de los 50 años (como el inicio de la sintomatología) que uno no se da cuenta y mucho menos los familiares que viven con nosotros, como sucedió con Cuca y su esposo.

Nos damos cuenta de la sintomatología cuando ya tenemos muy avanzada la enfermedad. Y que hasta ahorita el Alzheimer, el Parkinson, la demencia senil y otras patologías neurodegenerativas, aun no tienen cura. Existen medicamentos en el mercado súper carísimos y que no te aseguran una cura, que prometen una recuperación lentamente a la mejoría, sin embargo, no es cierto, siempre hemos sabido que la mejor cura es el entretenimiento recreativo mental como bailar, jugar baraja, domino, billar, la lectura, la escritura, algo que te haga pensar, y que lo que te atrasa es el alcohol, la ansiedad, la depresión, la soledad, la baja autoestima que conlleva un sinfín de patologías  de las que no se tiene aún conocimiento de que por qué le sucede a él o ella, bueno hay mucho de qué hablar.

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