¿Cuál es la actitud de tu empresa familiar frente a las personas con discapacidad?
Empresa Familiar / Por C.P.C. y M.I. José Mario Rizo Rivas
Ser empáticos con las personas con discapacidad y favorecer la inclusión, no es solo una labor altruista, también producirá beneficios palpables para tu organización.
“La discapacidad es cuestión de percepción. Si haces algo bien, eres necesitado por alguien” Martina Navrátilova
Los valores de una empresa familiar son su sello de identidad y una de sus mayores fortalezas. Diversos movimientos empresariales consideran que los valores corporativos deben trascender lo económico y verse reflejados en el entorno de una empresa: sus colaboradores, la comunidad en general. Una forma concreta de alcanzar este compromiso con la sociedad es considerando el tema de la inclusión y, más concretamente, las oportunidades de trabajo para personas con discapacidad.
En la icónica película de 1994, Forrest Gump, somos testigos de cómo el protagonista, con discapacidad mental y física, se enfrenta a un mundo que solo ve en él a alguien con limitaciones. La tenacidad y el espíritu positivo —aprendidos de su madre— serán las herramientas con las que Forrest logra ganarse un lugar en la escuela, el ejército, el deporte y otros ámbitos que no tenían cabida para él.
La película nos muestra el panorama de acoso y discriminación de hace varias décadas. Aunque el tema parece estar en boga en nuestra época, si consideramos cómo esta apertura se lleva a cabo en el ámbito laboral es fácil darse cuenta de que aún es necesario un mucho mayor esfuerzo para brindar oportunidades justas a personas con discapacidad. Vale la pena que reflexionemos a fondo por qué es importante hacer algo al respecto en tu organización.
Venciendo los prejuicios
De acuerdo con cifras del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), solo el 40 % de las personas con discapacidad y mayores de 15 años participan en actividades económicas, a diferencia del 70 % en la población que no tiene una condición de ese tipo.
Esta situación se presenta debido a una serie de prejuicios que existen sobre las personas con discapacidad. El más importante es el que los considera personas incapaces de realizar de manera adecuada actividades laborales. Una organización inteligente sabe aprovechar las habilidades de cada uno de sus colaboradores y le asigna labores relacionadas con sus fortalezas. No tiene por qué ser distinto para las personas con discapacidad, quienes suelen incrementar su eficiencia en las labores que sí pueden desempeñar sin problema.
Construyamos una cultura de la inclusión
Si una organización logra ser inclusiva será un reflejo de su cultura de trabajo. Ser inclusivos significa no tener miedo a los retos, buscar nuevas oportunidades, trabajar cada día con compromiso, ser capaces de entender nuevos puntos de vista. Aceptar que cada ser humano es diferente y cuenta con destrezas únicas llevará a sacar provecho de ellas para tu organización.
Promover y vivir la inclusión de manera cotidiana, mantendrá a tu equipo de trabajo con un alto nivel de motivación, con disposición al aprendizaje y con la sensibilización necesaria para establecer un diálogo y colaboración que hagan crecer a la organización.
Incluir es sumar
De acuerdo con el Disability Equality Index, las empresas líderes en inclusión en Estados Unidos obtuvieron un 28 % más de ingresos que las que no tienen una estrategia de este tipo. Esto es fácil de entender cuando consideramos que la inclusión hacia los trabajadores también significa llegar a un público interesado en esta cultura, generando una imagen positiva de la organización.
De igual manera, un liderazgo incluyente logra un mayor grado de compromiso en su equipo de trabajo: hacer realidad los valores que se predican hace que cada colaborador se sienta parte de un equipo que busca algo más que un beneficio económico, y contribuye de manera patente en provecho de su comunidad.
Contribuir a un mundo más equitativo y justo no está fuera del alcance de la labor de tu empresa. Hoy es buen momento para poner en marcha una estrategia de inclusión que ayude a hacerlo realidad. Hay que tener siempre presente lo que señala Jim Abbott que: “La discapacidad no te define; te define cómo haces frente a los desafíos que la discapacidad te presenta”.