Cristy de la Rosa revoluciona la música con el arpa jarocha

Por: Miguel Ángel Ocaña Reyes

Cristy de la Rosa, proveniente de una familia musical, ha desarrollado su vida alrededor del arpa, siguiendo los pasos de su padre, quien ha tocado este instrumento durante más de 60 años. Su trayectoria comenzó con el estudio del piano en el Conservatorio de Xalapa, pero fue el arpa, siempre presente en su entorno familiar, la que la llevó a encontrar su verdadero camino.

Tras decidir dedicarse profesionalmente al arpa, Cristy no solo se ha destacado como intérprete, sino también como compositora, creando obras únicas que han sido interpretadas por colegas y difundidas a través de un libro de partituras.

En su entrevista, Cristy revela cómo la necesidad de música para arpa solista la llevó a componer, y cómo estas composiciones han sido bien recibidas por artistas clásicos, lo que la impulsó a orquestar algunas de sus piezas para interpretarlas con sinfónicas. Su música, uniendo lo tradicional con lo sinfónico, ha encontrado eco en escenarios importantes, incluyendo una presentación en el Carnegie Hall de Nueva York y en el Palacio de Bellas Artes en México.

Cristy también aborda los desafíos de ser mujer en el ámbito musical y la evolución en la aceptación de la música tradicional mexicana, destacando la importancia de la difusión y educación musical desde temprana edad. Con su proyecto actual, “Acuarela Mexicana”, Cristy y un grupo de mujeres talentosas buscan llevar la música veracruzana y tradicional mexicana a nuevos públicos, tanto dentro como fuera del país.

¿De dónde nació el interés por tocar el arpa?

Yo provengo de una familia que es totalmente musical, mi papá toca el arpa desde hace más de 60 años, y toda mi vida se ha desarrollado alrededor de la música, en particular alrededor del arpa, y no nada más de interpretarla, sino de conciertos, de amistades, de viajes, todo girado en torno del arpa.

Yo empecé mi formación musical estudiando piano en el Conservatorio en Xalapa, sin embargo la interrumpí porque es una carrera muy larga, y como todavía no estaba segura de si me quería dedicar a ser pianista, pero la música de arpas siempre estuvo presente en mi vida, en mi familia, en todo, y ya años después decidí estudiarla de manera más profesional al lado de mi papá, y posteriormente me animé a componer un poco, y ahorita estoy en ese camino, en ese proceso de difundir más que nada mi obra.

¿Cómo se da el paso de la interpretación a la composición?

Yo empecé a estudiar y trataba de aprenderme los soles tradicionales, pero los sones normalmente van por lo menos con jarana, con un bajo, con un cantante, alguien más hace los coros, a veces hasta bailan, y yo estaba no en mi casa en Xalapa, sino en Veracruz, y de repente se me dificultaba con quien tocar, y me hacía falta música para poder tocar solamente para arpa, y empecé a hacer mis  composiciones donde pudiera yo ejecutar el arpa de manera que normalmente no se hace, y me empecé a animar y dije, bueno, esto suena bien, me gusta, hice una, hice otra, y así ya cuando me cuenta ya tenía 11 composiciones, las escribí y se las mandé a varios amigos colegas, hice el libro de partituras, lo presentamos precisamente en pandemia, donde cada uno de estos amigos las iba interpretando con su propia versión, y yo iba dando a conocer un poco el contexto de las obras, y con ese libro me fui abriendo nuevos caminos.

Yo la verdad al principio no era mi intención componer para arpa para de pedales o clásica, como las que se ven en las orquestas, pero tuvo muy buena aceptación la música y entonces algunos artistas clásicos se interesaron por ella y empezaron también a buscar un poco de mis obras, eso me motivó a escribir más, de por sí siempre había tenido la espinita de darle ese rol al arpa jarocha con una orquesta sinfónica, que no es para nada común, que no es algo que se vea normalmente, entonces algunas de mis obras las orquesté para también tocarse con una orquesta, y ahorita estamos en ese proceso de difundir la obra, de buscar más orquestas que se quieran atrever, porque el instrumento no es un instrumento que en cualquier lugar se pueda encontrar, y es ir rompiendo este paradigma de tocar música mexicana, de tocar música de compositores vivos, de tocar música de compositores mujeres, y de tocar música que involucren un instrumento tradicional.

Cuatro retos que enfrentar

Sí, con las orquestas, pero la verdad es que hemos tenido muy buenos comentarios del concierto que se realizó en Puerto Vallarta con la Orquesta Sinfónica de Puerto Vallarta,  muy contentos y  agradecidos con la orquesta, con el maestro Ulises Morales por atreverse a este a este reto, y creo que todos estamos satisfechos con el resultado.

¿Cuánto tiempo te tomó llegar a este punto?

Yo inicié estudiando música desde los 5 o 6 años, y todas esas bases, la verdad es que me han ayudado muchísimo para poder ahorita componer, escribir, y hacer arreglos a pesar de que durante mucho tiempo interrumpí mi formación musical, y ya estudiando en forma el arpa ya voy para los 12 años, y la verdad es que es como toda disciplina, necesita uno invertirle mucho tiempo, ser constante, tener paciencia, y también creo que la ciudad en donde yo viví muchos años que es Xalapa, es una ciudad que da las condiciones para que uno pueda aprender de muchas personas, creo que tuve esa gran fortuna de vivir y poder desarrollarme ahí, y por eso pude ir avanzando a lo largo de los años.

¿Ha sido complicado salir adelante como siendo mujer tocando el arpa, o todavía hay recelos de la sociedad para abrirse a estas propuestas?

Yo creo que ya está mucho más abierta desde el sentido de que ya actualmente hay mucho más artistas tradicionales jarochos que hace años, hay muchas más opciones para estudiar, para dedicarse a ello, cuando yo estaba estudiando música, era solamente la carrera de música y un instrumento como piano, violín, este algún aliento, no había mucha opción, y ahorita ya hay mucho artista que puede estudiar una carrera en educación musical, y complementarla con su instrumento tradicional, en ese entonces no existían esas opciones, ahorita también ya hay mucha escuela independiente, hay muchos colectivos, ya hay más artistas, hay muchas más mujeres muy buenas, excelentes maestras que interpretan fenomenal, y creo que pues ha sido un trabajo de muchos años y de muchas personas que han ido labrando la situación actual, no es fácil, pero creo que, se va en la dirección correcta.

¿Se le está dando el suficiente impulso a la música tradicional mexicana, o jarocha particularmente?

Por un lado sí hay muchas instituciones que procuran difundir, pero creo que aún así no es suficiente, siempre prevalece más otro tipo de música más comercial o con otros intereses, entonces creo que sí es labor de muchas instituciones el ir fomentando que se escuche más, que las mismas instituciones educativas promuevan el que se conozcan los instrumentos, el que lleven danza folclórica,

Algo parecido a lo que pasa con el himno nacional, que pasan los años y te sigues acordando  y que es como un refuerzo de la identidad nacional.

Sí, yo a veces digo, si me dejo llevar por lo que veo en redes sociales, parece que hay mucho más de escuela de difusión en Estados Unidos que aquí en México, y yo creo que sí, siempre va a hacer falta poder difundir más y trabajar más, sobre todo desde las infancias.

¿A dónde te ha llevado esta profesión de música?

Yo he colaborado sobre todo de manera local en Xalapa Veracruz y Coatepec, que son las ciudades aledañas a Veracruz, pero también en pandemia estuve participando con festivales de Colombia, y en 2017 y 2019 toqué arpa jarocha en el Carnegie Hall de la ciudad de Nueva York, en un evento donde era pura música clásica, puros instrumentos clásicos, y yo metí mi propuesta para interpretar arpa jarocha, fue una experiencia muy enriquecedora, porque la verdad es que nadie de los que estaban ahí habían ni siquiera visto, o sabían que existía un arpa de Veracruz, entonces, fue una experiencia muy padre y tuve la oportunidad de presentarme dos veces. Este año hice un arreglo especialmente para cuatro arpas clásicas y un arpa jarocha, y nos presentamos en el Palacio de Bellas Artes junto con una agrupación que se llama Musas Ensamble de Arpas, ellas son arpistas clásicas, hice un arreglo de una de mis obras que involucra arpa de concierto y arpa jarocha, fue un arreglo muy interesante, lo presentamos en el Palacio de Bellas Artes y quedamos muy contentas con todo lo que se logró ahí.

¿Qué sigue adelante?

Sobre todo seguir difundiendo mi música, seguir llevando sobre todo el arpa a escenarios donde a lo mejor todavía no, no la conocen o no es muy común, tengo también un proyecto al lado de otras seis mujeres, cinco arpas jarochas, un arpa clásica y un piano, todas somos mujeres y hacemos arreglos y montamos música veracruzana pero ahorita ya también lo expandimos a música tradicional mexicana con arreglos de Oaxaca, de Michoacán, de Jalisco, de Chiapas, y estamos haciendo este concierto que se llama Acuarela Mexicana, y también tenemos planes para poderlo difundir lo más que se pueda, no solamente de manera local, sino también poder llegar a otras regiones de México.