CORDOBESA
Utopía Vainilla
Abrí mis ojos,
recuerdo haberlo hecho,
llegaba a la tierra lluviosa
con aroma a café.
Nadie me cree,
distingo bien el día que nací,
Córdoba y sus treinta caballeros
me eligieron para ser su mujer.
El tiempo ahí se magnifica,
no se limita,
te abriga y,
calienta como una casa quemada de valentía.
Manos de cafetaleros,
brazos de fundidor,
y la mujer cordobesa en un amplio balcón,
arte puro de la creación de Dios.
Aguas navegantes de gardenia y naranjos
se mezclan con las lágrimas de una reina en soledad,
gran soberana que yace en su palacio
y que reina desde la plaza principal.
En cada doblez de las calles pares
y avenidas impares,
danzan alegrías con tacones
al compás de la bamba en pleno atardecer.
Aquí las mujeres enamoran,
en sus bocas cohabitan manantiales
que mojan y devoran, que cantan y acarician.
Sus espaldas con estrellas,
viajan fugazmente en el ferrocarril
que divide Córdoba y Fortín.
Ojos de poetizas,
Nariz volcánica,
piel satín de nanche,
tejedora de leyendas
y de sonrisa pensante.
Palomas en vuelo de azahares
se posan ante las cordobesas,
con sus vestidos emanan pureza
y perfuman el viento de paz y realeza.
Largas melenas y recogidos con flores,
piel morena o blanca.
Lo que aquí se vive
es la belleza veracruzana.
#SoyCordobesa
#SoyVeracruzana