Cooperación, inteligencia y obediencia frente a Trump

Hablemos en serio / Javier Orozco Alvarado / Ex rector del Centro Universitario de la Costa

La presidenta de México tiene la cabeza fría para esperar pacientemente las reacciones del presidente estadounidense

Si algo ha demostrado la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, es su habilidad para cooperar con el presidente Donald Trump frente a las amenazas recurrentes de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas. También ha demostrado destreza para manejar inteligentemente las ambiciones políticas y el canibalismo de las huestes morenistas y sus aliados.

Por eso, no cabe duda de la caballerosidad del presidente Donald Trump hacia la presidenta; aunque la amenaza con imponer aranceles, los pospone y luego reconoce su cooperación para vigilar la frontera, frenar la migración y detener el tráfico de fentanilo. Además, reconoce que es una gran mujer y valora su importante colaboración con los Estados Unidos, pues no solo envió diez mil elementos de la Guardia Nacional a vigilar la frontera, sino que también transfirió a las cárceles de ese país a 29 de los criminales mexicanos más peligrosos para ser juzgados en los tribunales norteamericanos.

Por lo pronto, ahora tendremos que esperar para saber qué negoció la presidenta Sheinbaum para que el presidente Donald Trump pospusiera por segunda ocasión la aplicación de aranceles a México. Aunque es cierto que la presidenta de México tiene la cabeza fría para esperar pacientemente las reacciones del presidente estadounidense y para tolerar la insubordinación o deslealtad de los principales colaboradores de AMLO, lo más probable es que el siguiente paso de la cooperación bilateral sea entregar a algunos narcopolíticos mexicanos o permitir la intervención de las agencias norteamericanas de inteligencia para ir tras los jefes de los cárteles que aún se mantienen intactos.

Ante todo ello, contrasta el respeto que muestra Donald Trump hacia la presidenta de México con el trato que los líderes morenistas (Adán Augusto López y Ricardo Monreal) y sus aliados (Manuel Velasco, del Partido Verde, y Gerardo Fernández Noroña, del PT) le han brindado a Sheinbaum en el Congreso de la Unión. Le dieron la espalda a la iniciativa que presentó recientemente para prohibir constitucionalmente el nepotismo y la corrupción. Lejos de respaldar su propuesta para que entrara en vigor a partir de 2027, su iniciativa fue aprobada, pero para que surta efecto hasta 2030, cuando ella esté terminando su mandato.

Su evidente machismo y deslealtad hacia la presidenta contrasta también con su sumisión y obediencia para aprobar sin cuestionamientos todas las iniciativas que AMLO envió al Congreso, incluso aquellas que se aprobarían después de haber terminado su gestión como presidente. A esta deslealtad se suma la indiferencia que mostraron todos esos “colaboradores” cuando ella llegó a la plancha del Zócalo para el acto público al que convocaron el pasado domingo 9 de marzo.

Por eso es admirable la paciencia y la inteligencia emocional de la presidenta para no responder a Trump y para disculpar los desplantes machistas y perversos de sus colaboradores, quienes esperan 2027 para seguir manteniendo el control político con sus familiares en Zacatecas, Guerrero, San Luis Potosí y otros estados donde el crimen organizado sigue manteniendo el control desde la administración pasada. Si, como decía AMLO, “amor con amor se paga”, bien valdría la pena que ella permitiera que se investigara a narcopolíticos mexicanos para seguir cooperando con Donald Trump.