Conversaciones de alto poder y conversaciones de bajo poder

Percepciones / Roberto Franco Briones / Consultoría en Imagen Pública ICONOS

Cuando mantenemos conversaciones debemos de hacer conciencia de con quién estamos hablando y qué es lo que queremos lograr, haciendo que hablemos de forma distinta con cada uno acorde a la posición que tenemos en ese momento
Roberto Franco Briones Consultoría en Imagen Pública ICONOS

Cuando mantenemos conversaciones debemos de hacer conciencia de con quién estamos hablando y qué es lo que queremos lograr, haciendo que hablemos de forma distinta con cada uno acorde a la posición que tenemos en ese momento.

Es por ello que hoy vamos a hablar de las pláticas de alto poder y de las de bajo poder. Ojo, en ningún momento estoy diciendo que dejes de ser tú, sólo que te adecúes a las circunstancias.

Para comprenderlo, vamos a usar un mismo ejemplo bajo diferentes posturas. Imagínate que tu jefe tiene que llamarte la atención por algo que sabes que hiciste mal.

En este caso, tu jefe es quien necesita proyectar poder alto: 

Él necesita comunicar poder para que comprendas que está enojado (evidentemente sin que se le pase la mano). Para ello, él tendrá que usar un tono de voz medio-alto para dar a entender molestia, el ritmo deberá ser lento en búsqueda de mayor comprensión, sus ademanes serán más grandes para darle seguridad y sus gestos enfáticos, utilizando la frente y las cejas, para denotar mayor molestia.

Además, necesitará ser puntual en lo que dice, porque de eso dependerá que el mensaje quede claro.

En este caso, tú eres quien necesita proyectar poder bajo:

Ya ni modo, todos la regamos y es momento de afrontarlo. Si tu jefe te va a llamar la atención deberías actuar con humildad. Para ello es necesario que bajes la guardia un poco y se note.

Necesitarás utilizar tonos medios y medios bajos comunicando seguridad y modestia a la vez, intentarás no interrumpirlo y sólo participarás cuando él te lo solicite. Utilizarás ademanes pequeños (sin cruzarte de brazos) para proyectar apertura pero a la vez sosiego. Deberás mantener un contacto visual prudente, es decir, no verlo todo el tiempo e incluso para aceptar tu error será necesario que bajes un poco la vista.

Intenta no gesticular demasiado, brindar soluciones a tu error al terminar la plática y sonreír discretamente al despedirte.

Sí, sé que a veces es difícil estar en ambas posiciones, pues ni regañar ni ser regañado es agradable, pero en ocasiones toca asumir tus responsabilidades y comunicar humildad o dureza. Sé congruente en tu comunicación y recuerda nunca faltar al respeto. 

Roberto Franco Briones

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