Consideraciones psicoeducativas del regreso a clases presenciales en licenciatura
En el próximo mes de marzo, cumpliremos dos años de incertidumbres asociadas a una pandemia como no habíamos visto en muchas décadas. El clima de zozobra y de tensión ha ocasionado múltiples afectaciones y retrasos en el desarrollo de las personas, la economía y la sociedad en general.
Una de las motivaciones con las que eventualmente el destino juega con nosotros, es con el tan ansiado regreso, ya sea a la vida laboral, social o escolar. Los docentes no pensamos que algún día escucharíamos a muchos alumnos lamentarse por no estar en clases presenciales y volver a vivir las rutinas y cultura de las aulas, en este caso hare referencia a la vida universitaria.
Con la idea de ser más preciso en algunas reflexiones y sugerencias, dividiré estas en dos grandes rubros en docentes y alumnos, intentando ser puntual en el mensaje para cada uno.
Docentes
Los que nos dedicamos a esta actividad a nivel licenciatura e independientemente del grado escolar de los educandos, debemos tener en consideración una serie de premisas, aquí algunas:
- Los alumnos vienen de un desgaste emocional, económico y social y seguramente aunado a una serie de pérdida o padecimientos de seres queridos y de ellos mismos, lo que los coloca en una condición de vulnerabilidad cuando no de indefensión como no tenían antes de la pandemia.
- Por otra parte, estos alumnos, han desarrollado y acumulado estrés vinculado al aislamiento, a las rutinas de protección que han sido impuestas desde el gobierno, la empresa, la escuela, la propia familia y la sociedad en general.
- Los servicios de salud en general, y por tiempos prolongados, no han podido atender la demanda de atención en materia de salud orgánica, menos de salud psicológica, los pocos recursos del gobierno o las instituciones han sido insuficientes para atender la creciente demanda y esto apenas inicia, pues con el llamado regreso a la normalidad, la necesidad de atención psicológica ira en aumento.
- Es momento que los docentes pongamos en práctica todo recurso de capacitación adquirido, habilidades propias en materia de empatía y asertividad para tratar no solo que los alumnos aprendan sus contenidos formales, también que lo hagan en un clima de comprensión y apoyo integral y acorde a sus necesidades después de un confinamiento prolongado y aún sin salir de la pandemia.
- Algunos alumnos dieron de baja materias o se dieron de baja y apenas están regresando a estudiar parcial o totalmente
Alumnos.
De igual manera los alumnos de nivel licenciatura deberán considerar lo siguiente:
- Al igual que ellos, los docentes han sufrido aislamiento, perdidas personales y padecimientos médicos asociados a la pandemia.
- Los docentes desarrollan el fenómeno denominado “Burnout” (auto-consumirse, desgastarse) y ello ya se presentaba antes de la pandemia, con ésta se ha agravado.
- Han tenido que capacitarse en tiempo limitado e igual con escasos recursos tecnológicos en sistemas didácticos de manera muy acelerada y teniendo que ser eficientes en ello.
- Les ha generado un estrés adicional el hecho de no poder ver e interactuar con sus alumnos y el personal de las instituciones de manera presencial, afectando de diversas maneras su salud integral y desempeño.
- Tu compromiso sigue siendo el mismo, ser altamente comprometido, productivo y autogestivo de tu formación profesional.
Ante este escenario, reitero la necesidad de empatía, asertividad y buen dialogo a fin de no agregar dificultades al sistema educativo superior, que hoy más que nunca nos invita a cerrar filas y hacer lo mejor que podamos hacer desde la trinchera correspondiente. Que sea un regreso productivo y lo mejor posible para cada uno de nosotros. Le mando un fuerte abrazo, amable lector.