Con motivo del Día de la Asistente Médica
Medicina Familiar / Dr. Marco Antonio Inda Caro / Médico de Familia
Una persona llegó a solicitar atención médica urgente a la Consulta Externa de Medicina Familiar, argumentando que su madre estaba últimamente cayendo enferma a cada rato. Los pacientes quienes esperaban su consulta, quedaron perplejos ante las maniobras e intrigas de la enferma para poder manipular a la asistente médica y de paso a los pacientes, era de notar que había llegado al último y quería ser de las primeras.
-Buenos días, quiero anotar en lista a mi mamá para que la vea el médico y de ser posible en estos momentos, porque la noto muy enferma y agobiada, se cae mucho, como que le dan ataques.
–Mire señorita con gusto, quedaría en lista de espera, en el lugar… 17, es probable no la alcancen a ver pero la puedo acomodar en otro consultorio, tendría que esperar.
Al oír esa respuesta, la quejosa manifestó su requerimiento proveído como improcedente invocando a la responsable, que si al término de 10 minutos no era satisfactoria su solicitud, la haría responsable de tan agraviosa repercusión en su cuerpo por la negación. A lo que le contesto la asistente médica, que ella pudiese promover, determinar y realizar lo que le fuera en gana y conviniere de su interés.
Ante tal respuesta, la disgustada quedó con una sensación de vahído, atónita, boquiabierta, con la mirada confusa al techo, con engarrotamiento de todo el cuerpo y temblor céfalo-caudal (desde cabeza a pies)
-Mírela señorita, dijo la hija, siempre busca y se arrima donde se desploma como una silla, sillón o cama y de ahí al piso, mire ya anda buscando. Reculando buscó una silla y se sentó continuando con su exposición.
Asistente medica: Dese por enterada su petición hacia éste requerimiento y puede continuar con su manifestación hasta el término (que concluyó en menos de 10 minutos) si ese es su interés, y plenamente en su derecho se encuentra de realizar su invocada una crisis conversiva, ahora, si hubiese alguna persona dentro de esta tribuna que por voluntad y de manera personal a fin de finiquitar por su disposición expresa dejarle el espacio, está en todo su derecho ¿Quién quiere darle su espacio?
Nadie contestó ni afirmó. Acto seguido, la paciente inicia con una caída estrepitosa sin estruendo al piso, rodando por todo lo ancho y largo de la sala de espera, inmediatamente todos los sufridos, aturdidos y cabizbajos pacientes se levantaron de su silla, hasta el quejoso y fingidor de dolor de espalda mejoró, el de dolor de rodilla que no pudo ir a laborar se levantó, incluso aquella mujer con llanto fácil dejó de llorar.
Mis más sinceras felicitaciones a todas las asistentes médicas que organizan y facilitan con todo ímpetu la consulta médica, dan la cara a todos nuestros demandantes pacientes e impacientes, y sea cual fuere la situación, dan prioridad a los más dolidos y afligidos, a las urgencias verdaderas y sentidas, por tal motivo forman parte de un engranaje que nos conecta con la salud de la población de todo México.