Celebran con alegría sus fiestas patronales

Por: Miguel Ángel Ocaña Reyes

  • El resultado fue una fiesta llena de gozo y espiritualidad

Con un espíritu de devoción y unidad, la comunidad de María Reina de la Paz en Marina Vallarta celebró con gran alegría sus tradicionales fiestas patronales. Del 14 al 22 de agosto, los fieles se reunieron cada día para participar en un novenario donde se rezó el Rosario, se ofrecieron confesiones y se celebró la Santa Misa.

Este año, las festividades incluyeron nuevas y significativas ceremonias como la bendición del mar, la bendición de animales, la bendición de imágenes sagradas y la unción de los enfermos, fortaleciendo así los lazos de fe y amor entre los presentes.

En el aspecto cultural, las festividades se enriquecieron con la presentación del Grupo Folclórico Vallarta Azteca del CECyTE Jalisco el martes 20, la emotiva actuación de la Banda Sinfónica de la Orquesta Escuela de Puerto Vallarta AC el miércoles 21, y el cierre musical con Herenka y Curiel, acompañados por el Mariachi Internacional el día 22.

Durante estos días, el merendero se convirtió en un punto de encuentro donde vecinos y visitantes disfrutaron de deliciosos antojitos, preparados con esmero por los colaboradores de la comunidad, en un ambiente de confraternidad.

El punto culminante de las festividades tuvo lugar el 22 de agosto, día de María Reina de la Paz, con una misa especial que contó con la presencia de sacerdotes visitantes de la zona. La Eucaristía fue presidida por el padre Javier Santiago Dueñas, Sr. Cura de San Miguel Arcángel en el Pitillal, quien en su homilía destacó que estas fiestas son una oportunidad para un encuentro cariñoso con Jesús y con María, fortaleciendo la fe y el amor entre los feligreses.

Por la noche, la celebración concluyó con una Misa de cierre presidida por el padre Fernando Enrique Rodríguez. En su mensaje, el padre Fernando expresó su profundo agradecimiento a todos los que colaboraron en la organización de la fiesta: desde los dedicados colaboradores de la iglesia hasta los comerciantes y autoridades locales, sin olvidar la gratitud a Dios por permitir un clima perfecto para rendir homenaje a nuestra Madre celestial.

El resultado fue una fiesta llena de gozo y espiritualidad, donde la comunidad se fortaleció en la fe y en los lazos de fraternidad, dejando un profundo sentimiento de gratitud y esperanza en el corazón de todos los asistentes.