Carta a mi hijo cumpleañero
Este año ha sido uno de esos que difícilmente se podrá olvidar de mi memoria, no solo por el tema de la pandemia. Independientemente de ello, en mi vida personal se han dado una serie de cambios que no pueden hacerme pensar menos que lo que conocía como vida regular o zona de confort, ya no, es más.
Y es que, amable lector, haciendo un balance de la vida, me ha tocado ser afortunado, he visto crecer a mis hijos y cada día considero son más independientes, lo cual significa una fuente enorme de satisfacción, pero igual un reto para ahora aprender a vivir una nueva etapa, a la que muchos se refieren como “nido vacío”. Pero de ello no hablaré con ustedes hoy, pues hoy justamente es el cumpleaños veinte de uno de mis hijos. Y aunque sé que las comparaciones no siempre son justas, en este caso me parece que sí, pues yo me comparo con mi hijo a su edad y me supera casi en todo, lo cual no crean que me molesta, por el contrario, creo que en algo he atinado en la tarea de que mis hijos me superarán.
Lo veo y veo su trayectoria, sus pasos por diversas áreas de vida y no puedo más que sentirme sumamente orgullosos de él y los logros que sigue cosechando y que ya pronto iniciara a disfrutar plenamente de su vida independiente, en el lugar y con las personas que también lo aman, ¿Qué más puede querer uno como padre?
Y es que, por otra parte, está la serie de mitos que señalan que los padres hombres no amamos igual a los hijos en comparación con las madres… yo pienso que, más bien que, esta desproporcionada y extendida la idea de la expresividad femenina, en comparación con la de los padres, sobre su sentir por los hijos, pues cuando pienso en los míos y hoy particularmente, en el cumpleañero, me embarga una enorme emoción y satisfacción, recuerdo sus primeros paso, sonrisas, amigos, formas de expresarse y jugar, sus primeros e importantes amigos, diálogos, fotos y videos, mascotas, viajes, tareas, ropa, inquietudes, temores, tristezas, regaños, aspiraciones, logros deportivos, logros académicos, escritos periodísticos, conferencia internacional, formas de demostrar su afecto y en general todo el desarrollo de su persona y lo independiente y capaz que es.
Sé que podrá parecer normal la descripción viniendo de un “papá cuervo”, pero cuando maestros, gente del deporte, del mundo académico o periodístico me dicen que admiran la capacidad e inteligencia de mi hijo, confirmo que no puedo estar equivocado, incluso gente en el extranjero que ha podido escucharlo y constatar que es un chico con capacidades extraordinarias, sé que no es el único en el mundo y que seguro hay más y quizás con otros talentos, pero este es mi hijo y lo presumiré siempre que pueda, es para mí la satisfacción y si se comparte pues bien.
Cuando pienso en retrospectiva los retos que hemos sorteado como familia para que puedan los hijos contar con mejores condiciones que las propias y que ellos han sabido capitalizar esas oportunidades, no podemos menos que ir cerrando ciclos y pasar a otros diferentes. Comienzo a hacer balances de vida y resulta altamente gratificante contar con los hijos que tengo, que aún no está la tarea terminada y siempre habrá cosas por mejorar pero que el amor y cariño que siento por ellos y por cada nuevo año cumplido, es enorme.
Hijo, tu sabes que vas muy bien y que te ha costado llegar a dónde estás, pero también ya sabes que tienes una alta capacidad para hacer las cosas que te propones. Sigue humilde pero perseverante, mantén en alto tus principios no solo por ti, también por esa visión humanitaria que te ha caracterizado. No tengo ninguna duda que en unos años más tendrás aún más grandes logros y para mí solo pido tener el tiempo de verte cumplirlos y disfrutarlos. Te amo como solo un padre lo puede hacer cuando hace todo lo que está a su alcance por quien ama. Disfruta al máximo tu vida. Aun en la distancia geográfica que nos separa hoy, sabes que estoy hombro a hombro en tu apoyo. Siempre a tu lado, tu padre.