Buscando espacios de libertad
Red Interna / Humberto Famanía Ortega
Hace algunos años, en mi juventud, cuando el turismo iniciaba en Puerto Vallarta Jalisco, recuerdo que muchos turistas que nos visitaban me decían que se sentían libres, abrían sus brazos en la playa y sentían la brisa acompañada de un sol radiante. Tuve la oportunidad de conocer a muchas personas extranjeras que, cuando se marchaban a su lugar de origen, sentían una sensación de tristeza, no cabe la menor duda que nuestra tierra tiene magia.
Dios creó al hombre y mujer para ejercer su libre albedrio, vivir la vida a plenitud, y tal parece que cada día la esclavitud se pone de moda. Los vicios, las ambiciones desmedidas, egoísmos, infidelidades, en fin, conquistas mal habidas acompañadas por las guerras por tener más territorio. Desafiar los designios del Todopoderoso es entrar a una lucha sin cuartel por estar infringiendo esa libertad que nos llevará al fracaso. Debemos siempre estar conscientes de que la responsabilidad de estar bien es compartida, asumiendo una actitud de hijos bien nacidos.
Cuando somos niños, la educación que nos proporcionan los padres es la que fincar los valores, y cuando las condiciones se reflejan bajo un clima de armonía, son sinónimo de nuestra libertad. El aprendizaje es más eficaz cuando se combina con la naturaleza, base fundamental para lograr el ser buenos ciudadanos y guardianes permanentes de nuestro entorno ecológico. Así es que debemos fomentar este tipo de educación para que la cultura se extienda a plenitud.
Respirar el aire que se purifica en nuestras montañas y el mar, surge de la creación perfecta que nos otorgó el Creador, elemento principal para nuestra existencia. A estos elementos nadie les impide transitar por nuestra atmosfera, es la forma de entender que cuando tenemos en nuestras manos el sentir, la vida nos muestra el sentido perfecto por donde debemos de transitar, por el simple hecho que son libres, es cuestión de ponernos en nuestra exacta dimensión, pensar que todo debe de iniciar de la enseñanza de la naturaleza que nos pide a gritos protegerla.
En sentido general, podemos decir que la libertad es uno de los valores más trascendentes de la condición humana. En cuanto a su valor ético, está ligado a la actividad creadora del pensamiento y de la ciencia como un instrumento para desarrollar nuestras potencialidades y construir el destino de acuerdo con nuestros ideales. En este párrafo tuve que echar mano de su fiel interpretación.
Nuestros espacios de libertad dependen de cada uno de nosotros buscarlos. La única forma de trascender es justificar nuestra propia existencia.