Bienvenida la primavera
Consejos de una Abuelita Moderna / Por un México Mejor
Los niños de primaria y secundaria estaban felices porque festejaron la primavera en esas colonias tan retiradas, llenas de nuevos amigos; con esas deliciosas comidas mexicanas preparadas especialmente para ellos: Tacos de nopalitos y flor de calabaza, sin faltar esos deliciosos frijoles y esos exquisitos elotes, pues habían sido sembrados por los habitantes de ambas colonias.
Todos estaban felices porque uno de los Maestros sentó a todos los niños y jóvenes para hablarles de un hombre que cuando era un niño… ¡Sólo sabía hablar zapoteco!, y trabajaba como pastorcito para un tío muy exigente: por eso, cuando un día se le perdió un rebaño…¡prefirió huir que enfrentarlo!… ¡porque le tenía mucho miedo!
De inmediato lo interrumpió el joven más inquieto, y parándose al lado del Maestro, dijo: “Imagínense, se parecía a ti (señalando a un niño de la colonia), pues el otro día, te escuché hablando con tu mamá en una forma muy rara, y cuando le pregunté a mi papá, me dijo que era Otomí… ¡Hablado en el estado de México!”
Todos rieron y el Maestro continuó diciendo: “Es cierto, y no lo dudes que si lo quieres, tú también podrás ser como el niño de ésta maravillosa historia, que había nacido en San Pablo Guelatao el 21 de marzo de 1806, situada en la sierra Zapoteca… Quedó huérfano a la edad de 3 años, sus abuelos se hicieron cargo de él y sus hermanos. Después su tío, le dio trabajo de pastor… Cuando huyó a Oaxaca, fue a vivir con su hermana, que trabajaba con la familia Maza. El Señor Maza, se lo presentó a Fray Antonio Salanueva, quien le enseñó a hablar Español, Latín y se interesó por las Leyes…”
Todos gritaron: “¡Orale!”
Prosiguió el Maestro: “En 1834, fue el primer Abogado graduado del Instituto de Ciencias y Artes…”
El que hablaba Otomí gritó: “¡Yo como él, también quiero ser Abogado, para defender a todos cuando nos traten mal, como muchas veces nos ha pasado… Pero gracias a ustedes, vemos que también hay muchas personas muy buenas que nos ayudan… ¡Sin pedirnos nada a cambio!”
Todos los niños y jóvenes de la colonia aplaudiendo y gritando ¡Gracias! …
“Se casó con Margarita Maza, hija del Sr. Maza, patrón de su hermana (ella tuvo que trabajar mucho para poder mandarle dinero cada vez que él, tenía que salir huyendo del país)… Fue Regidor del Ayuntamiento de Oaxaca y en 1848 Gobernador…Como Santana y Comonfort regresaron al poder, lo mandaron a prisión a Jalapa y posteriormente fue exiliado a Cuba… Cuando pudo regresar en 1855 fue nombrado Ministro de Justicia y en el año de 1858 fue nombrado Presidente de nuestra República Mexicana, pero con tantas intervenciones, su presidencia se dividió en cinco períodos hasta 1872.”
“En el poder, lo primero que hizo fue separar la Iglesia del Estado. Formó el Registro Civil con actas de: Nacimiento, matrimonio y defunción. Promovió la libertad del culto y creencias. Fue pionero de Educación Laica y Gratuita, para que todos los niños como él, que a veces no tenían para comer… ¡Menos para pagar escuela!”
Los niños de la colonia felices gritaron: “Gracias a él podremos estudiar y hasta llegar a ser Presidentes…”
El Maestro continuó: “Le encantó la frase del filósofo Alemán Immanuel Kant, que leyó en su ensayo ”LA PAZ PERPETUAL” que dice: “Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.”
Ahora… “¿Nombre de ese personaje?”
Todos gritaron: “¡Benito Juárez!”
El Maestro: “¡Pablo Benito Juárez García!”
Para mis Ángeles Terrenales del Grupo Canica.
Cariñosamente Ana I.