Así no, Layda
Percepciones / Roberto Franco Briones / Consultoría en Imagen Pública ICONOS
La gobernadora de Campeche, Layda Sansores, está un poco perdida sobre la manera adecuada de ganar la atención de sus ciudadanos.
En lugar de trabajar por su estado y reducir la tasa de homicidios dolosos que ha incrementado 21 por ciento, ella ha preferido centrarse en los “Martes del Jaguar”. Un programa de televisión estatal en el que ella se sienta a hablar mal de cualquier persona que difiera de su forma de pensar, sin respetar si es de su propio partido.
Sí, la polémica la hace una política popular. No, la polémica no hace que sea percibida como una mujer eficiente que está trabajando por el bienestar de los campechanos. Mucho menos justifica la razón por la que intentó ser gobernadora durante cuatro ocasiones, ¡cuatro!
Antes de la candidatura que la llevó a la gubernatura, Layda fue alcaldesa de la alcaldía Álvaro Obregón y sus números de aprobación fueron un desastre, sólo el 19.4% la apoyaba.
Como senadora de la República Mexicana estuvo envuelta en escándalos, varios que ella misma provocó con el fin de que la cámara la notara. En algunas ocasiones, fueron disculpados e incluso aplaudidos por su partido porque “era en la lucha del bienestar nacional”.
Esos alborotos ya no tienen justificación, porque no es lo mismo representar al pueblo a nivel legislativo que a nivel ejecutivo. Hoy no tiene que expresar su descontento de las propuestas de ley, ahora debe ver cuáles son los problemas para tomar decisiones que permitan a su pueblo un mejor vivir desde la perspectiva social, económica y educativa.
Layda ha demostrado que no le importa el límite entre lo legal y lo ilegal, ella hace lo que quiere desde su posición como gobernante.
A últimas fechas, ha utilizado conversaciones ajenas de WhatsApp en donde expone a Alito Moreno, Adela Micha e incluso a Ricardo Monreal, el coordinador de la bancada en el senado de Morena, su mismo partido. Sin contar con que lanzó una amenaza a las diputadas del PRI sobre mostrar sus fotos con poca ropa. Es decir, ella ataca a diestra y siniestra, no le importa género, partido o profesión.
Así no, Layda. Acuérdate que el cargo se acaba y la reputación perdura. No tengo idea de qué quieras hacer después de ser gobernadora, pero sin duda debes buscar que tu reputación sea la de una gran política no de una política escandalosa. Concéntrate en tu chamba, ¡todavía estás a tiempo de rectificar el camino! Ya no decepciones más a tu pueblo y a los que votaron por ti.
Recuerda que cada acción equivocada que tomas no sólo perjudica tu imagen, también la del partido al que representas.
Roberto Franco Briones
Consultoría en Imagen Pública ICONOS
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