Angustiante la situación del adulto menor¨
Consejos de una Abuelita Moderna / Por un México Mejor
Un grupo de niñas se reunieron en un lugar de descanso con una gran alberca; de repente, observaron que una niña poco más o menos de su edad, caminaba alrededor de la misma, pero a pesar de sus maravillosos nueve años, venía con los labios pintados y se sentó sola en una mesa; una de ellas la invitó a jugar con unas letras de plástico, el cual consistía en que cuando alguien gritaba una letra, la primera que lograba formar una palabra en el agua, todas le aplaudían y le daban una pelota de plástico; cuando finalizaba el juego, ganaba una deliciosa fruta que las mamás que las cuidaban les regalaban.
Como se dieron cuenta que ni siquiera escuchó, a la niña sin pelo que la había invitado, una de las amigas se salió de la alberca para preguntarle si quería jugar con ellas. La niña se sobresaltó y cerró de inmediato su computadora, cuando se le paró enfrente, y le volvió a preguntar si quería jugar con ellas…
Ella con cierta tristeza le dijo: “Quisiera pero… ¡No sé leer!”
La que le preguntó expresó: “¡Eres poco más o menos de nuestra edad! ¿De seguro o estás bromeando o no quieres jugar con nosotras?”
Ella con gran tristeza le dijo: “¡No sé leer y tengo la misma edad que la cumpleañera, 9 años!”
Todas las niñas al escuchar eso, se salieron de la alberca para platicar con ella y otra le dijo: “Pero si no sabes leer… ¿Qué tanto haces con esa computadora tan cara? …Ella respondió: ¡Solo juego!”
Otra niña le dijo: “¡Déjame ver qué tipo de juego es, ya que estás tan absorta en eso que no nos escuchas!…”
Al ver que quería ver su juego, ella se recostó sobre la computadora, tiró su bolso al piso, sus dos pinturas labiales rodaron y angustiada dijo: ¡No!… ¡Le prometí a la persona que me la regaló, que jamás alguien vería el contenido de mi juego!
A lo lejos, el grupo de mamás no comprendieron la reacción de la niña y, la que era Maestra les dijo: “Por favor no se mortifiquen, iré a ver qué pasa.“
La Maestra con una tierna sonrisa les dijo a las niñas que por favor siguieran jugando en el agua a ese juego tan divertido. Las niñas se retiraron y se sentó al lado de la niña de la computadora con una preciosa sonrisa que la tranquilizó, diciéndole que si había prometido algo… ¡Era maravilloso que cumpliera con su palabra! Le preguntó: “¿En realidad no sabes leer?”… A lo que la niña contestó: “¡No!”
“¿Y tus papás están de acuerdo?…” Ella contestó: “Sólo tengo mamá, a mi papá… ¡Ni siquiera lo conozco!; mi mamá me dijo que cuando ella me estaba esperando… ¡La abandonó!”
Prosiguió: “Cuando tenía seis años, ella metió otro novio en la casa y como me quería mucho, no iba a la escuela… ¡Mamá se enojó conmigo, y me corrió de la casa! Me quedé sola en la calle… Un día que tenía mucha hambre, me di cuenta que tiraban a la basura riquísimos alimentos en el restaurante que queda cerca de aquí, desde entonces, procuraba dormir en el parque tapada con una caja muy vieja que guardaba debajo del puente y, así pasó como un año hasta que un señor me recogió y me quiere mucho… ¡Como el novio de mamá!. Él me dijo que ya no era una niña, sino que… ¡Una Adulta Menor!…”
La Bondadosa Maestra, esperó al ¨supuesto papᨅ ¡Y la adoptó!
Para mis ángeles terrenales del Grupo Canica
Cariñosamente Ana I.