Adaptarse y readaptarse
El trastorno adaptativo se presenta en igual medida en hombres que en mujeres y se estima que afecta de un 2% al 8% de la población general
SanaMente
Ana Paula Gonzalez Toledo
Psiquiatra
sanamente.psiq@gmail.com
Este lunes inició el regreso a clases, esto en medio de una pandemia y el paso del huracán Nora, una economía lastimada y el duelo por todos aquellos que ya no están. Trato de imaginar cómo viven esta etapa los niños y adolescentes que regresan a las escuelas, así como el pensar y sentir de los maestros.
Por un lado, los profesores ya no estarán a cargo sólo de las actividades académicas elementales de enseñar, además de estar angustiados por protegerse a sí mismos, tendrán la responsabilidad de organizar que sus alumnos guarden sana distancia entre ellos lo que se traduce en más preocupaciones y ocupaciones a tener en cuenta dentro del aula, lo que aumenta la carga mental, la fatiga y el desgaste psíquico, físico y emocional del educador.
Y por otro lado los niños, que tienen más de un año sin acudir a la escuela, se sentirán incómodos al estar cerca de sus amigos y convivir, desde hacer el contacto visual, pues ya se habían habituado a la comunicación digital, y es que conversar a través de un dispositivo requiere de otras habilidades que todos comenzaron a desarrollar desde el inicio de esta pandemia y ahora es tiempo de hacer lo contrario.
Sabemos que no todos han logrado llevar a cabo una cuarentena estricta, que no es que las personas en sí hayan dejado de convivir, no obstante esta reintegración al ritmo que pretende darse implica un cambio y como todo cambio traen consigo la necesidad de adaptarse, sin embargo este cambio resulta ser por muchos factores, realmente complejo pues se trata de lidiar con una serie de circunstancias difíciles de la vida que suceden al mismo tiempo, lo que aumenta la probabilidad de que las personas presenten un trastorno adaptativo.
El trastorno adaptativo se caracteriza por resolver espontáneamente después de 6 meses posterior al evento, se presenta en igual medida en hombres que en mujeres es más frecuente en la adolescencia y se estima que afecta de un 2% al 8% de la población general. Los síntomas más comunes son; preocupación, ansiedad y humor depresivo (o una mezcla de éstos) sentimiento de incapacidad para afrontar los problemas, de planificar el futuro o de poder continuar en la situación presente y un cierto grado de deterioro de cómo se lleva a cabo la rutina diaria entre otros.
Es indispensable atender a las recomendaciones en salud mental, que incluyen evitar alimentos altamente procesados y el consumo de sustancias, realizar actividades placenteras, mantener medidas de higiene del sueño, ejercicio físico y meditación, así como fomentar la expresión y validación de emociones; estas recomendaciones pueden reducir el riesgo de padecer un trastorno adaptativo y si ya se sufre uno aumentan la probabilidad de mejoría.