A las secres en su día
He sido muy afortunado al contar asistentes en mi trabajo que al día de hoy algunas son amigas y hasta comadres, sin dejar de mencionar la gran ayuda y acompañamiento que me han proporcionado de diversas formas y en muchas ocasiones.
Si bien es cierto que es su trabajo, uno como trabajador y en una posición por encima de ellas en el escalafón formal, no debe y no puede sentirse superior ni más importante que ellas y el destacado trabajo que hacen. En ocasiones son ellas las que saben los procesos y generosamente nos explican o capacitan, pues cuentan con la experiencia y capacidad eventualmente de haber estado con diferentes jefes y con cada uno han lidiado para poder cumplir con los objetivos del área respectiva.
Me parece que es muy destacable el trabajo que realizan las llamadas secretarias, todos los días además de atender su vida personal, como todos, se ocupan de un sinfín de tareas y generalmente o la mayoría de ellas bajo presión. Aquí una primera consideración, quienes ejercemos un puesto directivo, nos presionamos, pero muchas veces olvidamos que dicha presión la transferimos a nuestra secretaria que hace milagros por cumplir en tiempo y forma con las tareas asignadas, ello sin contar que el clima laboral pueda no ser del todo favorable.
Una gran consideración que recomiendo a todos mis colegas directivos es que tratemos cada día de ser asertivos y empáticos con nuestras flamantes asistentes, que, al igual que nosotros son humanas, se equivocan y que el incentivo al menos si no es el salario, es la comodidad de estar en un buen clima laboral, claro está que de la actitud de todos depende ello, tratemos púes de poner el granito de arena para que sea el mejor ambiente social de trabajo.
Situaciones como permisos, llegadas tarde o salidas temprano, puede parecer sencillo resolver, pero si consideramos que hay leyes y normativas y que además de la actitud comprensiva, permisiva o no del jefe inmediato, está la de la política institucional que todos en diferentes maneras debemos acatar. No siempre gusta ello, pero es claro que no nos mandamos solos y que en la medida que nuestro trabajo rinda frutos, habrá más consideraciones, tratemos de apoyar y motivar para hacer un trabajo más productivo y de buena actitud.
Por ello y mucho más, no podemos menos que:
- Saludar todos los días a nuestras secres con cordialidad y buena actitud.
- Preguntar auténticamente por su salud y la de los suyos.
- Indagar si podemos motivar de otras maneras acorde a sus intereses.
- Apoyar si desean superarse con cursos o estudios adicionales.
- Cuidar su salud física y mental.
- Generar un clima laboral sano y respetuoso.
- Sorprender con detalles eventualmente, son solo en fechas obligadas.
- Buscar un espacio de diálogo y empatía de manera cotidiana.
- Celebrar en fechas significativas para ella y logros institucionales.
- No olvidar que el trabajo es un equipo y nadie está por encima de los objetivos institucionales.
No tengo duda de que las secretarias como cualquier persona, reaccionan a los tratos, de la manera que se les proporcionan, le sugiero que sea un trato integralmente sano y de buena voluntad y acciones. Por lo pronto mando un fuerte abrazo, agradecimiento y felicitación a todas las secretarias del mundo a mis secretarias o asistentes, presenta y pasadas. Anita, G. Anita F. Ambrosia, Lolita, Fátima, Ángeles. Que sigan las celebraciones por su trabajo y profesionalismo.