Día mundial del sueño

SanaMente / Ana Paula González Toledo / Médico Psiquiatra

Se ha visto que no dormir o dormir mal, engorda

El pasado 18 de marzo se celebró el día mundial del sueño. Para hacer conciencia de la gran importancia que el buen dormir tiene en nuestra vida, la asociación mundial de la medicina del sueño proclamó que el viernes anterior al equinoccio de marzo o el tercer viernes de cada marzo sería el día mundial del sueño.

El sueño es el elixir de la vida. Científicamente es lo más parecido que existe en la naturaleza a una poción mágica de inmortalidad.  Y es que mientras dormimos la maquinaria restauradora del organismo, se echa a andar para devolver al equilibrio al cuerpo, al cerebro y a la mente. Veamos someramente, el impacto que tiene el descanso sobre cada una de las 3 áreas mencionadas.

Cuerpo. Se ha visto que no dormir o dormir mal, engorda. Debido a que durante el sueño se liberan hormonas que indispensables para no almacenar grasa visceral y así evitar enfermedades metabólicas como diabetes e hipertensión. Por otro lado, la piel se marchita, nos arrugamos y envejecemos más rápido cuando no descansamos lo suficiente, porque es a través del sueño profundo que la piel se regenera.

Cerebro. En la etapa de sueño profundo el cerebro almacena la información aprendida durante el día en distintas áreas del hipocampo separándolas en corto, mediano y largo plazo.

Mente. La entidad por medio de la cual hacemos sentido de lo que sucede con nosotros mismos y a nuestro alrededor denominada mente, necesita del descanso para procesar el día a día. De ahí que soñemos y que en ocasiones las imágenes y las ideas que tenemos dormidos cobren asociaciones insospechadas. Las ideas más brillantes suelen presentarse durante la fase profunda del sueño gracias a la hormona cortisol que se libera en esa etapa, aproximadamente entre 3 a 4 de la madrugada.

A pesar de que la ciencia nos indique las desventajas de no dormir, en la realidad vemos que somos una sociedad crónicamente deprivada de sueño. En un mundo globalizado y capitalista, el consumo de café y estimulantes “para poder despertar”, y la exposición constante a la luz de las pantallas hace que una de cada 3 personas no duerma lo suficiente. La mayoría de las ocasiones en las que dejamos de ser “productivos” se debe a que estamos cansados. Hay que aprender a escuchar al cuerpo y sus necesidades porque realmente resulta mucho más beneficiosos descansar, que seguir a marchas forzadas. Me parece súper contradictorio que aún y sabiendo todo esto dentro del gremio de la medicina se han normalizado hábitos por demás insalubres. Los médicos que deberíamos dar ejemplo de hábitos saludables somos sometidos y sometemos a los estudiantes, practicantes y residentes a jornadas laborales tan extensas de cada 36 horas en vigilia, lo que no solo los daña a ellos, sino que también resulta riesgoso para los pacientes. Habrá que romper el ciclo la costumbre, y el romanticismo con el que pensamos en aguantar guardias.

Esta columna es la primera de una serie de cuatro, en donde hablaré de todo lo relacionado a este importante y placentero hábito que es dormir. El siguiente martes les compartiré cómo saber si alguien tiene insomnio y de qué tipo es.

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