No tendrás mi silencio

Plumazos / Carmina López Martínez

Los casos de mujeres violentadas eran un tema de todos los días en los medios de comunicación
Plumazos Por: Carmina López Martínez *Comunicóloga y mercadóloga (carmina.lpm@gmail.com)

El #8M no es solo una fecha, no es una manifestación para un momento del calendario, es una lucha permanente para lograr lo que por derecho deberíamos tener como mujeres, siendo parte de una sociedad moderna, pero donde aún hay grupos con pensamientos y actitudes primitivas.

Para mí hubo un momento icónico en la marcha de Puerto Vallarta, cuando los colectivos feministas lideraron al grupo de manifestantes hacia los Arcos del centro de la ciudad, ahí se escuchó al unísono “Quieren matarte de noche llorona, quieren matarte de día; te matan los delincuentes llorona, te mata la policía. Ay de mí llorona, llorona…” Esto lo escuché en un video transmitido en facebook.

Se creyó por un momento -malamente- que el movimiento feminista en México y otras partes del mundo se extinguiría a raíz de la pandemia, pero todo fue al contrario, se fortaleció en unidad, con empatía, valor y en defensa de las que ya no están con vida.

No hay tiempo para vacilar ni abandonar el camino, porque en la retórica existe tanta información falsa, contradictoria, tergiversada y con tintes de odio que pueden levantar un gran muro que impida hacer más pasos al frente.

Recuerdo el comentario de una especialista en criminología y defensora de los derechos de la mujer, quien en una entrevista me compartió su preocupación por la normalización del abuso sexual y violencia contra nuestras congéneres.

Es decir, los casos de mujeres violentadas eran un tema de todos los días en los medios de comunicación, con notas sin profundidad en la investigación ni tacto en la construcción narrativa. Para ella la mayoría de las noticias cumplían el propósito de atraer al lector para vender morbo y nada más. Además del cine y la televisión que daban el elemento principal para normalizar la violencia hacia las mujeres, o sea, lo visual.

Justo en estos días, muy cerca del 8M salió una entrevista de Yordi Rosado con un invitado que puso en alerta a la sociedad, visibilizando el abuso sexual de menores en la farándula y que por años se omitieron señalamientos.

Sasha Sökol denunció categóricamente al famoso productor de Televisa, Luis de Llano, quien momentos antes él hizo declaraciones en el programa de Rosado sobre una relación amorosa que tuvo hace muchos años con la cantante mexicana.

“Mientras mujeres en mi situación no nos atrevamos a hablar con la verdad, seguirá habiendo hombres como Luis de Llano. Desde los 14 años quise creer que fui responsable de lo que pasó. Hoy comprendo que mi única responsabilidad fue guardar silencio. Esa relación terminó hace 33 años, pero hasta hoy, que lo comparto, es que termina lo tóxico que trajo consigo. ¿Cómo habría sido mi vida si Luis, en lugar de meterme en su cama, hubiera hecho lo que le correspondía, que era cuidarme? Nunca lo sabré”. Son fragmentos de las declaraciones de Sökol en su cuenta de Twitter.

Después de esta revelación sobre una de las figuras con mayor poder en el círculo de la farándula en México, se han pronunciado muchos artistas con empatía y respeto por la situación. Aunque como siempre habrá división de opiniones y apoyo.

El tema ha escalado lo suficiente para poder prestar atención en las relaciones sentimentales y sexuales de menores de edad con adultos que fueron y se siguen normalizando en todas las esferas sociales.

Incluso esto podría reabrir un capítulo para crear políticas públicas que garanticen plenamente los derechos de las niñas, niños y adolescentes para que tengan un desarrollo integral. Algo real, no en letra fría.

Pero solo una sociedad participativa, bien informada y educada será capaz de dirigir y exigir al gobierno que se garanticen los derechos individuales y de supervivencia, lo dijo enfático Alfredo Jalife en su conferencia en Puerto Vallarta. Lo que me obliga a destacar en esta lucha por los derechos -de las que ya no somos minorías- las mujeres-, las palabras de las manifestantes del 8M en la Ciudad de México, “¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué exijo justicia? Porque no tendrás mi silencio”.