Cavando nuestra tumba
Ha terminado la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático mejor conocida como COP26 llevada a cabo entre el 31 de octubre y el 12 de noviembre en Glasgow, Escocia. Originalmente, la reunión estaba organizada para noviembre del 2020, pero fue aplazada por la implementación de medidas sanitarias resultado de la pandemia del Covid-19. Uno de los principales objetivos era limitar el aumento de temperatura a 1.5 grados centígrados y debatir la gradual eliminación del carbón como fuente masiva de energía.
El número de asistentes sobrepasó veinticinco mil delegados de 200 países y alrededor de 120 jefes de estado. Los días 1 y 2 de noviembre ocurrió la cumbre de líderes mundiales, que debió constituirse en la plataforma de compromisos y acuerdos para detener y revertir las problemáticas climáticas globales.
A pesar del esfuerzo global en la materia, sigue quedando la sensación que el modo de producción es incompatible con la reducción de gases de efecto invernadero, cuyos efectos son responsables de muchas de las tensiones con la naturaleza.
Una vez más, la habitual retórica de los políticos choca con los intereses de poderosos corporativos que obtienen enormes ganancias por la producción y comercialización de combustibles fósiles como las empresas petroleras. Llama la atención que las innovaciones logradas en el sector energético, en particular en la dimensión solar, eólica o mareomotriz no formen parte de nuestras prácticas de vida cotidiana.
Una voz alternativa y disidente en este debate ha venido del papa Francisco, quien desde la encíclica “Laudato Si”, insiste en la senda de la ecología integral, lanzando una dura crítica al consumismo y al crecimiento irresponsable colocando un alegato en favor de una acción mundial rápida y unificada que atienda la degradación ambiental y el cambio climático. La congruencia y claridad en el planteamiento del Pontífice ha calado en la conciencia mundial amplificándose como una significativa caja de resonancia.
Por lo que respecta a nuestro país, la postura oficial es contradictoria, al apoyar los principales objetivos de la COP26, pero insistiendo en apuntalar a Pemex y la CFE con los medios de generación de energía “tradicional” pero claramente ineficaces como son el petróleo y el carbón. Mientras somos beneficiados por una localización geográfica donde lo que sobra es luz solar, en vez de invertir en la instalación masiva de paneles solares, se construye la refinería de Dos Bocas.
A escala regional, ambos municipios se han comprometido a atender el cambio climático. Una iniciativa relevante ocurrió en torno a Adaptur buscando promover soluciones naturales para la adaptación al cambio climático en el sector turismo impulsado por la Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable y las Secretarías de Turismo (Sectur), Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) así como la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (Inecc).
En caso de mantener esta relación insana y abusiva con la casa común, continuaremos cavando nuestra propia tumba. Por ello, es un asunto de supervivencia para el género humano hacer las paces con la naturaleza. Disponemos de los recursos humanos y materiales, pero la inconciencia sobre los daños y el interés particular de algunos jugadores ha impedido revertir el estado de las cosas.