Mucha energía y falta de atención no necesariamente es TADH
Por: Dr. Michael Zaccariello
Psicología de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.
En los últimos 20 años, la gente se ha vuelto más consciente sobre el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), también conocido por sus siglas inglesas de ADHD, y la cantidad de niños diagnosticados con TDAH también ha aumentado considerablemente. Sin embargo, hay que ser cautelosos para no etiquetar con TDAH a todo niño muy energético ni a los que pueden tener algún problema para enfocar su atención. No existe ninguna prueba capaz de diagnosticar definitivamente el TDAH, pero hay criterios que los proveedores de atención médica pueden aplicar para identificar el trastorno.
El TDAH es una afección crónica que implica problemas de falta de atención o de distracción, hiperactividad y comportamiento impulsivo. Algunas personas emplean libremente el término TDAH con todo niño que tiene problemas para enfocar la atención en alguna cosa por largo rato o muestra alto nivel de actividad durante un período prolongado. No obstante, hay que reconocer que, en ocasiones, la mayoría de las personas sanas no presta atención o actúa de forma hiperactiva o impulsiva.
Por ejemplo, es normal que los preescolares solo puedan enfocar la atención por períodos cortos y que no sean capaces de quedarse pegados a una sola actividad. De hecho, la capacidad de enfocar la atención durante el día puede variar hasta en los niños más grandes y en los adolescentes. Además, los niños pequeños son energéticos por naturaleza y suele quedarles todavía bastante energía mucho tiempo después de que sus padres están agotados, por no mencionar que hay una gran cantidad de niños que simplemente son mucho más activos que otros. Por lo tanto, nunca hay que clasificar a un niño bajo el TDAH solamente porque es diferente a sus hermanos o amigos.
Una distinción fundamental entre los comportamientos infantiles normales y los del TDAH es que los síntomas del TDAH perturban mucho y de forma constante la vida diaria y las relaciones interpersonales. Además, los niños con TDAH no lo presentan solamente en un entorno. Cuando un niño tiene problemas grandes en la escuela, pero está bien en la casa, o al revés, lo que quiera que esté ocurriendo es diferente al TDAH. Otras dos características decisivas del comportamiento del TDAH son que empiezan cuando el niño es pequeño (antes de los 12 años) y duran más de 6 meses.
Los niños con padres o hermanos con TDAH tienden a correr más riesgo de presentar el trastorno que aquellos sin antecedentes familiares y lo mismo ocurre con los niños que sufren enfermedades complejas temprano en la vida. Por ejemplo, los niños nacidos prematuros tienden a presentar el TDAH con mayor frecuencia que otros niños.
Estas son algunas preguntas que deben hacerse cuando se considera la posibilidad de un trastorno por déficit de atención e hiperactividad: ¿Se distrae el niño fácilmente y a menudo? ¿Está siempre en movimiento? ¿No piensa antes de actuar y es a tal punto que su seguridad corre peligro? Pero, la más importante es: ¿Perturban mucho la vida diaria estos problemas de falta de atención, de distracción, de impulsividad y de hiperactividad?
Si la respuesta a estas preguntas es “sí”, entonces viene al caso una evaluación por parte del proveedor principal de atención médica del niño. La evaluación del TDAH en un niño se divide en varios pasos. El primero es realizar un examen médico para descartar otros problemas posibles, como dificultades para oír o ver, y otros trastornos del aprendizaje, del lenguaje o del desarrollo.
El proveedor de atención médica también hablará con el niño y los padres acerca de los síntomas existentes. De igual manera, posiblemente se solicite a otros familiares, maestros, instructores o proveedores de atención médica del niño que llenen algunos cuestionarios sobre los comportamientos que ellos ven con regularidad en el pequeño, porque eso puede pintar un cuadro más completo de la situación general del niño. Con base en la información recopilada, luego se aplican las pautas de la Academia Americana de Pediatría y de la Asociación Psiquiátrica de Estados Unidos para diagnosticar el TDAH.
Si le preocupa que el comportamiento de su hijo pueda ser una señal del TDAH, haga una cita para que lo evalúen. Cuando se diagnostica TDAH, el tratamiento ayuda a controlar los síntomas y hace más fácil manejar al niño y disfrutar de la vida diaria.