Una meta sin un plan es solo un sueño
Dentro de un año desearás haber comenzado hoy
“Karen Lamb”
Estamos empezando el segundo trimestre del año 2018. El tiempo pasa más rápido de lo que muchos de nosotros quisiéramos, incluyéndome. Hace poco más de tres meses, fue cuando se supondría marcamos nuestros propósitos del año y con ellos las metas que nos proponemos a cumplir en un tiempo determinado.
Como todo trabajo bien realizado, es importante tener una buena idea, hacer un plan efectivo, y después darle un seguimiento que nos garantice la efectividad del propósito. Hacer una revisión de cómo hemos progresado en nuestras metas en comparación con lo que teníamos al principio de este año. El simple hecho de esperar a notar cambios grandes no nos beneficia, y lo único que causará es que nos desilusionemos, cuando en realidad puede que los cambios estén ahí, sólo que como todo, van paso a paso y toman su tiempo.
En cuanto a estos propósitos, hay varios escenarios en los que nos podemos encontrar. Puede ser que la etapa más difícil la hayamos pasado, y que cumplimos con lo que nos propusimos y ahora tenemos rutinas diferentes, un estilo de vida más saludable, dejamos vicios por completo y estamos cómodos con estos cambios. De ser así, no queda más que seguir con el buen trabajo y asegurarnos de que nada nos desenfoque de mantener esta buena racha.
Otra posibilidad es que, no por completo, pero tenemos un trabajo estable con nuestros propósitos, que de cinco veces, tres o cuatro sean las que cumplimos con nuestras metas y hemos estado atentos pero nos hemos engañado en algunas cosas.
El otro escenario es que por varios motivos, no hemos estado cumpliendo con lo que nos propusimos, y nuestras metas, más que en planes, quedaron en deseos que no lograremos. Cual sea la situación en la que se encuentre, no es razón para dejar de pensar en qué fue lo que los motivó en un principio a trabajar duro. Hace tres meses si usted tenía muchos planes para el futuro que hoy planea dejar para el siguiente año, yo no veo cuál sea la necesidad de esto, teniendo un día mañana, otro pasado y otro después de ese para seguir creciendo. Los logros grandes requieren trabajos dedicados y nadie nos detiene a cumplir más que nosotros mismos. Si hoy ya abandonó los planes que tenía para el resto del año, no hay problema en volver a empezar, no es necesario esperar a un día o fecha en específico para trabajar en un sueño.
El día que estoy escribiendo esto, tuve la oportunidad de ir a ver un partido de futbol a un restaurante con quien era en su tiempo uno de mis mejores amigos, alguien que a pesar de no estar mucho más en contacto, estimo mucho. Durante la comida nos preguntamos hace cuánto tiempo no nos veíamos y sentábamos a platicar, la respuesta fue cuatro años en el mismo lugar donde estábamos sentados platicando como se debe, esto nos hizo darnos cuenta de qué tan rápido pasa el tiempo, ya que ninguno de los dos sentía que hubieran pasado cuatro años. A mí me sirvió para algo más, me pude dar cuenta y reflexionar sobre cuánto yo había cambiado de esa fecha al día de hoy, y de ver qué tan cerca estaban de hacerse realidad las metas y planes que tenía en ese tiempo.
Con esto yo me doy cuenta de la importancia que tiene darle seguimiento a los planes que nos proponemos, y de lo importante que es no esperar resultados grandes, sino más bien fijarnos en los pequeños, que eso nos sirva de motivación y después seguir avanzando.
Que no haya cumplido mis metas en estos cuatro años, no significa que haya perdido tiempo valioso de mi vida o que haya sido inútil. Del día de hoy siento que saqué mucho, para empezar la oportunidad de continuar una amistad que valoro mucho, y en el tema de mis propósitos, aplicar esto que intento transmitir a mi vida diaria. Si en algún momento yo mismo me plantee esas metas, significa que yo sabía que podía cumplirlas.
Los invito a reflexionar en esto que intento explicar, y que de ser posible, aplicarlo de igual manera usted también. Muchas gracias por leer y que tenga un excelente día.