¿Qué hacer con un líder narcisista en la empresa familiar?

Empresa Familiar / Por C.P.C. y M.I José Mario Rizo

Quizá sea imposible escapar de los narcisistas en la empresa familiar, más vale aprender a unir fuerzas con ellos.

De dos cosas estoy seguro: el líder perfecto no existe, pero una persona narcisista dirá que sí lo es. ¿Qué se puede hacer en ese caso? 

“Algunas personas ven las cosas como son y se preguntan por qué; los narcisistas ven las cosas como son y se preguntan por qué no.” Michael Maccoby

El narcisismo consiste en una admiración exagerada hacia uno mismo. Por tanto, una persona narcisista piensa y expresa que es mejor que todos, considera que su aspecto físico, habilidades, personalidad y todo lo que compone su ser lo hace superior. Si bien es cierto que todos podríamos presentar tendencias no patológicas al narcisismo, los narcisistas manifiestan tendencias muy exageradas, y esto puede generar problemas en las relaciones con otros.

La Organización Mundial de la Salud advierte que se trata de un patrón de grandiosidad, de igual forma establece que el narcisismo se caracteriza por falta de empatía y una excesiva necesidad de admiración.

Pero antes de ahondar sobre por qué no es necesariamente algo negativo per se —aunque sí tiene aspectos que deben evitarse—, es buena idea definir y aprender a reconocer esta personalidad, ya que apareceré en varias ocasiones en de la empresa familiar y más vale aprender a lidiar con ella, porque puede traer beneficios a la organización si se hace bien.

¿Qué es una personalidad narcisista y cómo identificarla?

En varios artículos he encontrado definiciones basadas desde el punto de Sigmund Freud, que dicen que la persona narcisista no toma en cuenta las necesidades de otros, puede ser alguien muy tóxico y suele dañar a quien se le acerca. Sin embargo, la doctora Ramani Durvasula reconoce que el perfil narcisista tiene algunos puntos a favor cuando se trata de tomar la dirección de una empresa:

  • Tienen carisma
  • Poseen una gran capacidad de convencimiento
  • Toman más riesgos porque confían mucho (quizás demasiado) en su juicio
  • Sus estrategias innovadoras, de salir bien, llevan a grandes resultados
  • Pueden inspirar a otros a seguir sus objetivos

Entonces, ¿cuál es su lado negativo? Hay de dónde escoger:

  • No saben colaborar en equipo
  • No les gusta que les contradigan
  • No aceptan sugerencias, incluso si son buenas
  • Desean la atención de los demás, así que cuando la pierden se convierten en personas inseguras e insistentes

Y, sobre todo, es imposible escapar de este tipo de perfil. Christopher Lasch, historiador y sociólogo estadounidense, publicó en su libro La cultura del narcisismo: la vida estadounidense en una era de expectativas decrecientes, que sería cada vez más común encontrarlo en puestos de liderazgo superior. Eso lo dijo en 1979 y ahora podemos verlo a cada rato: Steve Jobs, Elon Musk, Jeff Bezos, Adam Neumann, todos ellos y más caen en esta categoría, sobre todo porque generalmente no son directivos que escalan la jerarquía de su empresa a lo largo de los años, sino que son los creadores de sus emprendimientos: Apple, Tesla, Amazon, Wework. Por eso no será una sorpresa que estén dentro de la empresa familiar desde su fundación, como parte de la segunda generación de sucesión o al frente de un área importante del negocio, como ventas.

Lo curioso aquí es que pueden ser buenos integrantes de la organización. Michael Maccoby habló de esto en su muy citado artículo “Narcissistic Leaders: The Incredible Pros, the Inevitable Cons” (Harvard Business Review, enero de 2004) cuando menciona al “narcisista productivo”, un perfil que, bien encaminado, puede ser un gran directivo.

El narcisista productivo: el buen narcisista no funciona en solitario

Para que una persona narcisista entre en esta categoría, no puede estar sola. A pesar de que suelen ser independientes, debe tener un colega en el que confíe y que le entienda, porque será a quien escuche cuando sea momento de hablar de las dudas sobre una de sus estrategias sin que lo tome como amenaza. Como Sherlock Holmes tuvo a Watson.

Mi experiencia me ha demostrado que algunas de las carencias de este perfil se pueden compensar con otras características. Por ejemplo, a pesar de que no suelen ser grandes analistas o que no son tan hábiles con los números, piensan estrategias enfocadas en construir un futuro. Será labor del equipo a su alrededor encontrar la manera de cuadrar ese objetivo con la información que se tiene a la mano. O que una de sus debilidades también puede ser una de sus fortalezas: la falta de empatía —suelen ser egoístas— les permite tomar decisiones muy difíciles, pero necesarias, como despidos, reestructuraciones y riesgos que, dentro de la empresa familiar, se sienten más complicadas de realizar debido a la conexión emocional que existe entre sus integrantes.

Finalmente, su audacia se sustenta con la buena opinión que tienen de sí mismos, razón por la que conviene que tomen las riendas en épocas de incertidumbre o grandes cambios en la industria: hacen lo que tienen que hacer y consiguen apoyo para lograrlo a través de su carisma.

Pero no olvidemos el lado malo. En un estudio realizado con 1,862 participantes en la Escuela de Negocios Haas de Berkley (When Me Triumphs We: Narcisistic leaders and the cultures they create, 2020) se descubrió que un líder narcisista puede dañar la cultura laboral, porque promueven la competencia interna sobre la colaboración. El impacto en la moral afecta negativamente al desempeño de la empresa, deteriorando todo lo bueno que pudo haber alcanzado y amenazando su futuro.

Quizá sea imposible escapar de los narcisistas en la empresa familiar, más vale aprender a unir fuerzas con ellos. “Era como un gallo que creía que el sol había salido para oírle cantar.” George Eliot