Del Panteón a la Catrina
Voceros Incansables / Félix Fernando Baños
Cuando empezó el despegue turístico internacional del puerto, la forma tradicional en que los vallartenses recordaban a sus difuntos el 2 de noviembre, era participar en alguna de las tres misas que se celebran ese día e ir al cementerio a limpiar sus tumbas y adornarlas con flores, en su mayoría rosas artificiales, que lucían a través de una cubierta de celofán sobre un fondo de cartoncillo. Esta artesanía aún se sigue fabricando, a pesar de la actual abundancia y variedad de flores naturales.
Ya que los turistas y residentes estadunidenses festejaban el Halloween, empezaron a hacerlo los bares y centros nocturnos, y durante cierto tiempo algunos jardines de niños para que sus alumnos se divirtieran disfrazándose.
La Ofrenda o Altar de Muertos, heredado de la fusión del culto mesoamericano a los antepasados con la celebración católica del Día de los Fieles Difuntos, es una instalación ceremonial heredada del Virreinato y fuertemente arraigada en gran parte de México, sobre todo en los estados de profunda raigambre indígena, pero era desconocido en Puerto Vallarta. Los inmigrantes que poblaron nuestro puerto fueron mestizos cuya cultura tuvo poco contacto con valores prehispánicos durante su período formativo.
La introducción del Altar de Muertos en Puerto Vallarta se debe a la profesora Hortencia García de González. De inmediato fue acogido con entusiasmo por varias escuelas y por las autoridades municipales, convirtiéndose en un atractivo indispensable de estas fechas.
Sin embargo, en 2015, la película “Espectro”, de James Bond, el agente 007 del Servicio Secreto Británico, inventó un imaginario desfile de Catrinas y sus acompañantes por las calles de la Ciudad de México, locación inicial de la cinta. Debido a su impacto en el mundo, la capital del país adoptó el desfile de Catrinas como un acontecimiento festivo real y propio, que se repite anualmente.
El influjo de Hollywood se extendió por todo el territorio. En los últimos años aquí se ha instalado una Catrina monumental junto a la baliza del Malecón. Este 2024 Misantla, con el apoyo de otros municipios de Veracruz, se quiere llevar el récord Guinness con su Catrina de treinta metros de altura y seis toneladas de peso
La Catrina original es un grabado de José Guadalupe Posada, impreso en 1873 sobre un volante con el nombre de “Calavera Garbancera” y el comentario: “En los huesos, pero con sombrero francés con sus plumas de avestruz”, en la que el autor se burla de quienes simulan ser ricos para sentirse importantes.
Diego Rivera la pintó de cuerpo completo, junto a otras catrinas porfirianas, con vestido largo y boa de plumas, al centro de su mural para el Hotel del Prado “Sueño de un Domingo por la Tarde en la Alameda Central”, entre él mismo cuando era niño y José Guadalupe Posada, a quienes da las manos. “Catrina” es la descalificación popular para una mujer que presume su ropa.
Finalmente, Juan Torres Calderón hizo de bulto a la Catrina en su taller de Capula, Michoacán.
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