Deseo imposible en la neurosis obsesiva
Psicosíntesis / Psic. Demetrio Hernández Llamas
La primera ocasión en que fue utilizada la nosología de una manera minuciosa y
detallada de neurosis obsesiva, fue en 1909 por Sigmund Freud, a partir de la
exposición del caso del “Hombre de las Ratas”, nombre dado al paciente por
anonimato y debido a los tormentos padecidos a partir de escuchar una historia que le fue contada por un teniente al final de unas maniobras militares, que trataba
acerca de las torturas que se realizaban a los presos de guerra con ratas vivas
colocadas en una cubeta amarrada en los glúteos a efecto de que la rata penetrara con lastimosos efectos al torturado por el ano.
El motivo por el cual el paciente solicitó la atención de Freud se debió a que este tenía pensamientos temerosos de que algo pudiera pasarles a su padre y a una mujer amada si realizaba actos placenteros. Y es justamente que en sus temores estaba que estas dos personas sufrieran semejante tortura descrita.
Además, experimentaba compulsiones de pensamientos de cortarse la garganta con una navaja y obsesiones de prohibición de diversa naturaleza. Su vida personal y profesional se habían visto afectadas negativamente, sobre todo después de que apareció el cuadro de compulsión y obsesión. Para minimizar esta idea, recurre a ensalmos, gestos, palabras y ritos ceremoniales.
En el orden común hemos conocido algunos casos donde aparecen los rituales del
obsesivo que aparentemente carecen de sentido para los demás, pero que la persona que los sufre simplemente no puede dejar de realizarlos, como por ejemplo, lavarse constantemente las manos, comer alimentos en un orden determinado, acomodar sus cosas en una forma específica antes de dormir, hacer rituales para realizar alguna actividad concreta, llegar a un lugar solo virando hacia la derecha, verificar chapas y llaves de agua o gas constantemente, entre muchos ejemplos más que se han documentado, o bien llevadas a las pantallas de cine o a historias narradas.
Estos síntomas, incluso para el neurótico obsesivo, también le resultará un absurdo, pero no logra controlar los impulsos cual si fuera algo inevitable, como un imperativo.
Pero ¿qué es lo que Freud y muchos otros más han encontrado luego de indagar
mediante el análisis del caso en las causas de esta neurosis? Una de las primeras situaciones encontradas en el caso por Freud fueron algunas experiencias en que “el ceremonial se inicia como un acto de defensa o de aseguramiento, como una medida protectora” ante sus deseos inconscientes “sádico-anales”. Eran deseos irreconciliables con su Yo que mediante procesos de represión pretendían ser “eliminados” de sus pensamientos.
Y es que recordemos que la neurosis del obsesivo está basada en la serie de
pensamientos e ideas, incluso a veces pueden ser delirantes e irracionales y cuyos efectos son producidos en los procesos constitutivos del sujeto desde sus primeros años de vida.
El abordaje terapéutico
Para el abordaje de estos casos, lo primero es poder escuchar al paciente de una
manera abierta sin prejuicios y en lo posible no apresurar un diagnóstico, ni
tampoco una conclusión sobre lo que ahí ocurre.
En 1970 Roland Chemama escribió que sólo mediante esta vía Freud pudo capturar la estructura del neurótico, buscando no solo los posibles orígenes de las afecciones sino cómo estos cuadros movilizaban sus deseos instalados desde muy temprana edad.
Para el caso del “Hombre de las Ratas” había sido en un primer momento causas de esta afección las experiencias que activamente había experimentado de niño de orden erótico sexual sin inhibición alguna y que en un segundo momento al tiempo de su madurez estas experiencias cobraron un significado de algo culposo, vergonzoso, escrupuloso, que posteriormente le traerían los trastornos sin que el paciente pudiera identificar su origen y las razones que lo llevaron hasta ahí.
Las representaciones de las escenas erotizadas se presentan así de una manera disfrazada, en metáfora, desplazadas a otras representaciones como efectos de la represión inconsciente.
La imposibilidad del deseo del obsesivo radica en que, mediante los rituales e ideas compulsivas, evita que estos deseos sean cumplidos y le resulta angustiante que ello ocurra, de ahí sus temores a las consecuencias. La hiper moral que es característico del obsesivo se torna como un agresivo impulso contra sí mismo y contra los otros en ocasiones en un intento por socavar esos deseos reprimidos.
El ritual del obsesivo se asemeja de algún modo al ritual religioso en el sentido de que se realizan para combatir la culpa y evitar el pecado, para evitar justamente la ira del gran Otro por el cumplimento de esos deseos irreconciliables con la moral y buenas costumbres. La escucha analítica de Freud abrió la posibilidad en nueve meses de trabajo para que el paciente aquí muy brevemente descrito lograra resignificar sus deseos y darle un sentido más productivo a su ser en el mundo. Además de que sentó las bases para la comprensión de la neurosis obsesiva cuya originalidad prevalece como referente hasta la actualidad.