Las distintas posiciones referentes al bienestar animal en México
ConCiencia Animal / MVZ Carlos Arturo Martínez Jiménez
Siguiendo con el artículo del Dr. Ramiro Ramírez Necoechea sobre las distintas posiciones referentes al bienestar animal en México, su crítica en el ámbito político y jurídico plantea cómo los miembros de las sociedades protectoras de animales, conectados a los medios de comunicación, han influido de manera definitiva en la aprobación de leyes para la protección animal a nivel municipal, estatal y federal. Leyes que distan mucho de poder aplicarse por lo alejadas que están de la realidad en la que se manejan los animales en los multivariados contextos en que estos se utilizan y aprovechan.
El cabildeo realizado por estas asociaciones depuso la opinión técnica y científica de los médicos veterinarios expertos en el tema, así como la de los usuarios de los animales, dando como resultado leyes con vacíos legales y una visión distorsionada de la realidad. Estas leyes centran su atención en perros y gatos, ignorando o manipulando la interpretación en los glosarios jurídicos a los animales considerados plagas, encubriendo cuándo lo son o dejan de serlo.
Tendencias
Uno de los posicionamientos que me ha llamado fuertemente la atención es lo relativo a lo académico, donde parece que existen dos claras tendencias dentro de las escuelas de medicina veterinaria en el país. Una ha sido tomar acríticamente las doctrinas de bienestar animal generadas en Europa y seguirlas como dogmas de fe. Esto ha encontrado un campo fértil en algunas escuelas que carecen de líderes de opinión e intencionalidad para construir sus propios cuerpos de conocimiento acerca del bienestar animal y preconizarlo.
La otra tendencia es visiblemente constructivista, procurando, a partir de la definición de escenarios nacionales, edificar un cuerpo de conocimientos acerca del bienestar animal, aplicando la forma y modo en que los animales son utilizados en el país. Estos conocimientos se basan en proyectos de investigación que dan respuesta científica a los procesos de crianza y manejo de los animales, buscando así la mejor manera de incrementar los gradientes de bienestar animal en instalaciones y procesos para la explotación y aprovechamiento de los animales en diversos escenarios y contextos socioeconómicos del país. Esta tendencia, afortunadamente, es liderada por investigadores y catedráticos de la Universidad de Guadalajara.
La investigación aplicada
Es vital que ambas corrientes tomen conciencia de la importancia de tener un cuerpo sólido de conocimientos de bienestar animal surgidos de la investigación de campo, en contextos definidos, y no de doctrinas filosóficas acuñadas en otras latitudes. Estas doctrinas manejan generalizaciones que pretenden ser aplicadas en cualquier sitio y circunstancia sin mediar un análisis de viabilidad operativa. La investigación aplicada al bienestar animal dará sustento a las leyes y reglamentos respecto al uso y aprovechamiento de los animales en los diversos contextos culturales y económicos del país.
La postura de enseñanza acrítica por dogmas de fe ha conducido a un hiperactivismo mediático del alumnado y docencia, que está orillando a una enseñanza totalmente substitutiva de seres vivos por simuladores maniquíes y procesos electrónicos. Aunque estos permitieran que el alumno aprenda, podrían tener fallas interpretativas al aplicar su cuerpo de conocimientos médicos en casos reales. En cambio, la enseñanza de bienestar animal en contextos reales mediante el desarrollo propio de indicadores es, sin duda, la mejor manera de incorporar los conceptos en diversos escenarios y situaciones socioculturales y socioeconómicas, en el entendido de que la tendencia será buscar las mejores condiciones de bienestar animal posibles en cada contexto, es decir, el pro bienestar animal.
Finalmente, analizando las posiciones económicas, si bien los líderes sociales del bienestar animal pueden fácilmente, en el discurso, descalificar lo que se hace con el uso y aprovechamiento de los animales, debemos recordar que la explotación animal se encuentra implícita en la red de actividades económicas primarias como lo son la agrícola, pecuaria, pesquera y minera, que son las que, de entrada, sostienen con su producción las actividades secundarias, o industriales, y subsecuentemente las terciarias, o comerciales.
De no existir la primaria, todas las demás no existirían. De ahí que la gente no involucrada en la producción primaria puede fácilmente anatemizar sobre los temas que no conoce. Cuando son consultados por legisladores o por hacedores de política pública, recurren a sus conocimientos de bienestar animal aplicados a perros y gatos, que además de ser conocimientos burdos, pretenden extrapolar a las especies productoras de alimentos.
El epítome de las distintas posiciones es un llamado a las autoridades, políticos y sociedad a tener criterio y no dejarse influenciar por personas emotivas y viscerales, de limitada perspectiva y profundo desconocimiento del bienestar animal. Las ideologías y adoctrinamientos siempre caerán ante la realidad. Si bien se debe reconocer que pueden aportar puntos importantes en la búsqueda del equilibrio entre humanos, animales y ambiente, no puede ser su opinión, su pensamiento o su activismo las bases para la construcción de las leyes, normas y protocolos de una nación. Ha sido, es y será la ciencia el punto de inflexión para un mejor mundo para todos los que habitamos en él.