“Uso la fotografía como testimonio de una tradición viva”
Por: Miguel Ángel Ocaña Reyes
En el marco de la reciente exposición fotográfica presentada en la Oficina de Proyectos Culturales (OPC) llamada “LOS DE LA OTRA COSTA: EL MUNDO RAICILLERO,” tuvimos la oportunidad de conversar con Ana Topoleanu, una fotógrafa rumana nacionalizada mexicana desde hace trece años. A través de sus imágenes, Ana nos introduce al mundo de los raicilleros de Cabo Corrientes, capturando la esencia de una tradición que resiste al paso del tiempo. Acompañada del emotivo texto de Arturo Dávila, su obra se convierte en un documento de alto valor testimonial y cultural. A continuación, compartimos la entrevista completa con Ana Topoleanu.
¿Cómo se dio la posibilidad de esta exposición?
Tuve la fortuna de ser invitada por Arturo y Larisa, quienes compran la raicilla de estos productores. Ellos me llevaron y me abrieron las puertas para conocer a estos increíbles personajes. Pasando el Tuito por la costa, se crea un microclima especial para que esta planta, que normalmente crece en la montaña, crezca aquí en la costa. Esta gente se ha dedicado toda la vida a hacer raicilla. Los tres personajes principales que están aquí, Don Adrián, Don Japo y Guadalupe, son los tres que pudimos retratar en el corto tiempo que trabajamos en esto. Pudimos estar un poco alrededor de ellos en su micro universo y ver el proceso de cómo se ve un campo de agave, cómo tienen que tratarlo. La relación que estas personas tienen con esta planta es realmente mágica, es como tener muchos hijos. Saben decirte: esta planta tiene tres años y tuvo esta plaga, esta tiene seis años y no sé qué. Es impresionante la relación que tienen con las plantas, y sí es como su legado, porque hay muchas plantas que creo que van a sobrevivir a ellos, porque son muchos años los que se necesitan para crecer la planta y que llegue a destilarse y transformarse en esta bebida tan rica.
Arturo Dávila describe Cabo Corrientes como un lugar donde “hombres y mujeres hablan con plantas” y “nubes cruzan cerros”. ¿Cómo se refleja esta conexión en tus fotografías?
En cada imagen intento capturar esa conexión profunda y casi mágica entre las personas y su entorno, uso la fotografía como testimonio de una tradición viva. Los raicilleros conocen cada planta individualmente, su historia, sus plagas, su crecimiento. Es una relación de profundo respeto y conocimiento, casi de adoración, que se refleja en la paciencia y el cuidado con el que tratan a cada agave. Quise mostrar esta dedicación y amor en mis fotos, cómo se sienten parte de un ciclo de vida mucho más grande.
¿Habías conocido otra manifestación de íntimo cariño o la relación entre un productor y su producto?
Sí, y siento que esto me enseñó a mí México, esta relación de adorar lo que haces y de conectarte con tu oficio. Justo con estas personas conocí a otras que se dedican, por ejemplo, a hacer ladrillo, y es la misma dedicación. Hablando de la tierra, de cómo combinan, de dónde la toman, cuánta agua, cómo lo dejan secar. Es una pasión de los mexicanos para que lo que hacen, lo hagan con todas las cosas.
¿Qué otros ejemplos nos puedes compartir de esta pasión?
De tan larga duración como la de los raicilleros, no muchos. La unicidad de su trabajo es que tienes que esperar más de siete años para ver el resultado de tu inversión, lo cual requiere una paciencia y amor extraordinarios. Es realmente hermoso ver cómo crece y se desarrolla esa relación con una planta a lo largo de tantos años.
¿Qué quisiste saber de estos personajes?
Creo que quise saber la historia y justo el legado, cómo sienten ellos esta combinación de lo nuevo con lo que ellos quieren mantener, la tradición. Ellos utilizan todo todavía manual, todo su proceso de destilar no es mecánico, con una excepción. Hacen todo como hace 50, 100 años, y me gusta esto. Quieren que sus hijos, los que están interesados, reciban este conocimiento, como este sentimiento de guardar algo que es nuestro y dejarlo para las generaciones que vienen. En un mundo que está cambiando muy rápido, donde se busca hacer todo rápido y cambiar todo rápidamente, ellos dicen “toma tu tiempo y disfruta el proceso.” Es perpetuarlos a través de su obra.