La no maternidad
Aprendiendo a vivir / Psicóloga Hania Sosa
Se dice que lo que no se nombra, no existe. Esta frase tiene su importancia en el hecho de que la comunicación, ya sea oral, escrita o gráfica, va construyendo una realidad a través de las palabras; y el hecho de que en este artículo esté relacionando esa frase con el título de la “no maternidad” viene a colación dado que es un concepto que recientemente ha venido introduciéndose en nuestro vocabulario, precisamente para reconocer su existencia y, al mismo tiempo, un concepto que, como mujer que vive esa circunstancia, me sigue sonando bastante extraño.
Permíteme desarrollar un poco más este tema: a las mujeres con hijos se les conoce como madres, a los hombres con hijos se les llama padres, a los hijos sin padres se les denomina huérfanos, pero ¿cuál es el nombre de las mujeres u hombres que no tienen hijos? No hay un concepto específico y sólo quedan descritos tal cual como hombre o mujer.
En lo que a mí respecta, no me hace falta un concepto que me describa específicamente como una mujer que no tiene hijos. Me pueden describir muchos otros conceptos como: hija, hermana, esposa, amiga, profesionista, mexicana, etc. Sin embargo, entiendo que en otros términos y debido a diferentes tipos de necesidades, se requiera un concepto para catalogar a dicha población.
En inglés, por ejemplo, se está usando el concepto childfree, lo que textualmente significa libre de hijos, sin embargo hay quienes critican este término porque les suena a que los hijos son algo negativo como cuando decimos glutenfree (sin gluten). En español se están usando conceptos como la no maternidad, y en México están introduciendo el nombre nunca madres.
Si bien quizás ningún concepto o etiqueta termine por gustarnos a todos, más allá del nombre que le pongamos, pienso que lo verdaderamente importante es que visibilicemos esa realidad; y me tomo la libertad de escribir sobre ello justamente en esta semana que está próximo a celebrarse el día de las madres, ya que sé que existe una población cada día creciente de mujeres que posiblemente vivan esta semana como una de las más difíciles del año.
Leí en una publicación de Instagram, del perfil -Holasoymir- de Míriam Aguilar, una frase que atrapó mi atención y dice así: “Nada te prepara para ser madre, pero todavía menos para no serlo”. ¡Cuánta verdad hay en ello!
Las mujeres crecemos creyendo que de grande seremos madres, y que adicionalmente podemos también ser otra cosa. Quizás algunas adolescentes de hoy ya saben que cuando sean adultas pueden elegir no ser madres; pero, ¿qué pasa si no puedes? Para eso aún no las estamos preparando.
El día de hoy, que se celebra el día de las madres, te quiero decir a ti, mujer que no has podido serlo, que entiendo tu dolor. Entiendo que puede sentirse un vacío, que hace falta algo en tu vida y que quizás piensas que ese vacío no se podrá llenar con nada, pero déjame decirte que con el adecuado trabajo emocional y psicológico, sí es posible llenar ese vacío. Podría describirlo más bien como coser un hoyito en una prenda; es decir, cerramos ese hueco que nunca debió de haberse sentido como tal, porque la mujer no nació para ser madre. Puede serlo, si así lo elige (preferiblemente que sea por eso), pero también puede que no lo llegue a ser y eso también está bien.
Se requiere replantear el rumbo de nuestras vidas, enfocarse en lo que sí hay y en las muchas ventajas que también existen por el hecho de no ser madres. Se requiere dejar de prestar atención a lo que falta, a lo que duele, y empezar a darle más atención y valor a todo lo que se puede hacer gracias al hecho de no tener hijos.
Recuerda que todo, absolutamente todo, depende del cristal con que se mire, incluida la no maternidad.