Evita que tus colaboradores actúen en contra de tu empresa familiar
Empresa Familiar / Por C.P.C. y M.I. José Mario Rizo Rivas
Un liderazgo que trabaja día a día por el éxito, sabrá estar alerta ante la forma en que su organización se comporta en aspectos como la emotividad, lo mental y la comunicación, evitando que surjan problemáticas internas.
“Conocer a otros es inteligencia, conocerse a sí mismos es sabiduría. Manejar a otros es fuerza, manejarse a sí mismos es verdadero poder”. Tao Te Ching
Durante los momentos en que una empresa familiar se enfrenta a desafíos, suele pensarse que las problemáticas provienen del mercado, la competencia o la situación económica del momento. Sin embargo, es importante saber que algunas amenazas pueden estar más cerca de lo que pensamos. Para adentrarnos en el tema, reflexionemos a partir de la siguiente fábula clásica que leí hace tiempo:
Érase una vez un ciervo que saciaba su sed en un manantial. Mientras bebía se vio reflejado en el agua y entonces pensó: “Sin duda, mis astas son lo más bello que poseo, definen mi personalidad, me distinguen. En cambio, mis piernas son muy delgadas y creo que demasiado largas, ojalá pudiera cambiarlas”. Mientras el ciervo estaba distraído, un león se había acercado y estaba dispuesto a cazarlo. Cuando vio al león abalanzarse, el ciervo estuvo a punto de escapar gracias a que sus patas eran sumamente veloces; sin embargo, al pasar por una zona llena de arbustos, sus cuernos se atoraron y no pudo seguir. El ciervo pensó: “Estaba equivocado: mis patas eran tan valiosas que pudieran salvarme y, por el contrario, mis cuernos han causado mi perdición”.
El ciervo no fue capaz de apreciar todas sus cualidades, como puede suceder a una empresa familiar que no sepa analizar las problemáticas de su gestión y administración. Una compañía puede contar con todo lo necesario para alcanzar el éxito y, a pesar de ello, caer en una serie de trampas psicológicas que impidan su desarrollo, relacionadas con la gestión personal y de la emotividad, con el liderazgo, entre otros aspectos. A continuación, conozcamos algunos de estos peligros a los que debe estar atenta toda organización.
1. Pensar que los vínculos familiares y empresariales son idénticos. Esta trampa surge debido a que, en muchas ocasiones, no se llega a acuerdos sobre las responsabilidades que le corresponden a cada colaborador familiar. La problemática inicia por el miedo a entrar en conflictos familiares o a que se confía que la buena relación familiar será idéntica en lo empresarial. Este prejuicio puede desencadenar en la asignación de puestos debido al vínculo familiar y no al mérito profesional, trato diferenciado a colaboradores familiares, falta de claridad en la rendición de cuentas, entre otras afectaciones.
2. No establecer una verdadera comunicación entre generaciones. Pensar en el futuro de la empresa implica que los puntos de vista aportados por diferentes generaciones sean realmente tomados en cuenta. Aprovechar todo el talento disponible dependerá del establecimiento de espacios específicos para favorecer la comunicación y fortalecerla rumbo al proceso de sucesión.
3. No aprender de los errores. Son muchas las empresas que no cuentan con canales establecidos para hablar de los resultados cuando no son los esperados. Cuando hay una falla, suele dejarse el asunto atrás y no hablar más de ello. Si dentro de una organización no hay un manejo adecuado de la retroalimentación y no se crea una cultura del diálogo continuo para la mejora, será fácil caer en esta trampa.
4. Pensar que las emociones no tienen relación con el trabajo empresarial. Es complicado manejar la presión que implica el trabajo corporativo. En nuestra época es fundamental pensar que herramientas como la inteligencia emocional y el uso de las soft skills permitirán mantener al equipo de trabajo motivado para el trabajo arduo. Si no se toman en cuenta aspectos como la empatía, la escucha activa, la resolución de conflictos será difícil que el equipo tenga un compromiso real con el trabajo en equipo y con la cultura organizacional.
Un liderazgo que tome en cuenta estas trampas sabrá trabajar en el día a día para que los comportamientos y actitudes corporativas sean verdaderamente guiadas por los valores familiares y empresariales y sobre todo tener un propósito elevado más allá de los resultados económicos. “Los líderes conscientes están más interesados en aprender que en demostrar que tienen razón”. Skip Prichard